Capítulo 1

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En el presente...

¿Dónde demonios están? — masculló Choi Seunghyun airadamente mientras manejaba su todoterreno deportivo Bentley por otra pendiente tierra alejada de la carretera que lo conduciría a otra cabaña en el inhóspito paraje.

¿Cuántos días llevaba buscando? Un día había llevado al siguiente, pero Top estaba tan concentrado en su misión que en realidad no se había molestado en hacer nada excepto mantenerse hidratado.

Se sentía agradecido por haber comprado el nuevo todoterreno uno o dos meses antes. Nevaba con fuerza en aquellas altitudes y conducía a una velocidad más que temeraria por las carreteras de montaña resbaladizas. Sabía que manejaba demasiado rápido para las condiciones meteorológicas, que empeoraban con celeridad. El problema era que estaba desesperándose. Sabía en qué zona estaba Jiyong por las muestras de tierra que había tomado de un viejo par de zapatos de Daniel y, posteriormente, de las suelas de las llantas de una camioneta antigua aparcada en su garaje. Después de encontrar un pedazo marchito de una flor poco común en casa de aquel cabrón, tuvo un presentimiento y tomó las muestras de tierra. Su intuición dio buenos resultados después de un intenso análisis, determinando las únicas zonas donde podía crecer esa flor y la tierra que necesitaba para medrar. La tierra que recogió confirmó sus sospechas.

Seung dudaba que Daniel condujera esa vieja camioneta para nada aparte de desplazamientos por montaña. Los zapatos eran viejos y estaban desgastados; un cabrón superficial como Daniel no se los pondría excepto en lugares embarrados donde no fuera a ser visto. Después de relacionar la tierra y la flor marchita, Top tenía una idea bastante clara del lugar donde podría estar oculto Jiyong. Pero su búsqueda por las cabañas y fincas en las inmediaciones no sacó a relucir ninguna que perteneciera a Daniel, así que Seunghyun tuvo que suponer que era un lugar que no estaba a su nombre.

¿Dónde demonios lo ha escondido? ¡Maldita sea, Joder! — gruñó al golpear el volante con la mano, frustrado, consciente de que se le agotaba el tiempo. Lo más probable era que encontrara un cadáver en lugar de rescatar a Jiyong.

«Eso no va a ocurrir», se dijo. Se sacó de la cabeza la posibilidad de que Jiyong estuviera muerto y continuó hacia una pequeña cabaña, monte arriba siguiendo el camino de tierra prácticamente inexistente por el que ascendía en ese momento.

Secándose el sudor de la frente con la mano mientras se mesaba el pelo enojado, salió con destreza de una curva en el hielo y la nieve con una mano hasta volver a ascender por la pendiente empinada. «Pronto voy a tener que enfrentarme a la realidad; he comprobado casi todas las cabañas y casas de esta zona sin la menor suerte».

Seunghyun no tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado desde que durmió. Había estado investigando la tierra que había encontrado para después trabajar en localizar zonas que investigar. Estaba agotado, pero tenía un reloj haciéndole tic-tac en la cabeza. Si Daniel había mantenido a Jiyong con vida, probablemente se estuviera quedando sin comida y agua. Daniel estaba muerto y había estado incapacitado antes de acabar con su vida. GD llevaba demasiado tiempo solo.

«No puedo dejar de buscar. Le prometí a Jimin que no lo haría. No pararé hasta encontrarlo», se dijo. Sacudió la cabeza distraídamente, consciente de que era una buena excusa para seguir allí, a la intemperie, buscándolo, pero su perseverancia obstinada no se debía únicamente a que Jiyong fuera el mejor amigo de su hermano pequeño. El instinto le carcomía y no había dejado de hacerlo.

Comprendía a Jiyong lo bastante bien como para saber que, de haber podido escapar, lo habría hecho. Algunas personas aseguraban que era un joven tranquilo, pero él había visto lo mandon que podía ser cuando eran niños. De adolescente, no había cambiado. Nunca había tenido ningún problema para dar su opinión. No con él.

BRAVE -  GTOPWhere stories live. Discover now