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Capitulo corto.

N/Narrador

— Un Omega castaño se encontraba en una camilla de hospital completamente inconsciente. Su padre y su mejor amigo Miguel estaban sentados esperando a que despertara pues recientemente el doctor salió a informar que estaba estable con las hormonas.

El Omega permaneció inconsciente por 13 horas más, cuando finalmente despertó quien estaba con el era nada mas ni menos que un alfa pelirrojo llamado Ari. El Omega inmediatamente se exaltó y sus feromonas se extendieron por todo el cuarto despertando al Alfa que se encontraba dormido – Ya despertaste Andrés. ¿Cómo te encuentras? – le preguntaría el Alfa al Omega que yacía estupefacto con su presencia y sus feromonas lo decían todo – Esto-.... Yo.. estoy bien. Gracias... – el Alfa se sonrojara levemente y se taparía la nariz – Andrés... ¿Por qué no dijiste que eras un Omega? De haberlo sabido hubiera controlado mis feromonas cada que me hacercara a ti para evitar que te marearas – el Omega permaneció callado por un rato – No queria que nadie lo supiera pues corria peligro de que alguien pudiera hacerme algo... Además. Yo nunca quise ser esto... Un Omega – el Alfa lo miro con ojos tristes y se destaparía la nariz, igualmente para calmar al Omega soltaría feromonas tranquilizantes.

– Tranquilo. Está bien si no quieres que nadie lo sepa, pero de haber sido que alguien quisiese hacerte daño yo hubiera podido protegerte... – El Omega lo miraría sorprendido – ¿De... Verdad lo arias? – el alfa rio – pues claro, eres mi amigo. Ahora veo por qué siempre usaste ropa tan olgada – diria soltando otra risa que ronrojaria al menor – Pero dime, ¿Por qué también te pones ese parche? ¿Acaso tienes otro secreto que quieras contarme? – el alfa pasaría su mano en la mejilla del Omega pidiendo permiso para quitar el parche que yacía en este – ¿Puedo? – El Omega a sentiría levemente mientras miraba hacia abajo. El alfa quito suavemente el parche y levantaría la cara del Omega dejando ver unos hermosos ojos eterocromisados.

Uno de los ojos del Omega era color Ambar. Un color muy lindo y un poco raro, mientras que en el otro yacía un ojo Azul. Pero no un azul cualquiera si no uno muy claro, a tal punto que parecía una joya aparte de que su brillo era hermoso. El alfa estaba boqui abierto ante la vista, era como si estuviera viendo a otro Andrés completamente distinto al que conocía – ¿Tan mal se ve...? – preguntaría el Omega desviando la mirada y revolviendo sus manos – ¡No! Claro que no, solo que son... Hermosos... – el Omega se puso tan rojo que parecía un tomate – A-ah... Pues, gracias – su voz se volvió un hilo al hablar, el alfa sintió la atmósfera muy incómodo y se excuso para salir.

Andrés no volvió a saber del alfa hasta que regreso a la universidad 4 días después pues su celo se adelantó por todas las feromonas y simuladores de feromonas que sintió. Luego regreso a su rutina diaria como siempre, su sudadera ancha, su parche, y sus pantalones algo flojos. Ahora se encontraba en la última clase ya para ir a su casa – oye Miguel, ¿quieres ir a mi casa hoy? Podemos ver una serie que empecé a ver la semana pasada – el beta volteo a verlo y le susurro de regreso – está bien, solo le pido permiso a mi mamá – el Omega sonrió y siguió prestando atención a la clase.

Ya era la hora de la salida, estaba dejando unas cosas en su taquilla ya para irse y esperar a Miguel afuera cuando vio como 2 betas estaban muy pegados a Ari, entonces el castaño se acerco sigilosamente a ver de que hablaban – ¿entonces si podemos ir a tu casa Raptorcito? – un beta peli-azul y otro peli-gris estaban pegados a los brazos de el alfa. El castaño sintió su sangre hervir y sus venas brotar, sus feromonas comenzaron a liberarse abruptamente provocando que el alfa se de cuenta de la 4ta presencia, el Omega  se dió cuenta de que el alfa ya sabía de su presencia gracias a que el estaba soltando feromonas dulces para atraerlo y saber quién era, Andrés corrió en cuanto sintió las feromonas ajenas y no paro hasta llegar a su casa olvidando por completo su propuesta hacia Miguel.

El Omega ya estaba recostado en su cama por la noche repitiendo y recordando la escena donde ambos betas estaban pegados a el alfa, su sangré nuevamente estaba que hervía y sus feromonas estaban como locas, se sentó en la cama viendose al espejo dándose cuenta de que su ojo azul ahora tenía un brillo dorado  – ¿Pero qué-? – el Omega se acercó al espejo mientras veía su ojo, no sabía que podría hacer eso – Hola Spartita~ – una voz en su cabeza lo comenzó a llamar – ¿qué? ¿Quien eres? – el castaño comenzó a voltear a todos lados buscando la presencia – Oh no, no, yo no tengo un cuerpo físico. Solo soy otra parte de ti que no conocías Spartitael castaño se sentó nuevamente en su cama – ¿Qué? – la voz nuevamente comenzó a hablar – Como lo oyes, soy parte tuyo. En cierta manera pues yo si puedo conseguir un cuerpo propio pero para eso tu tienes que liberarme, no me había manifestado pues no había motivos anteriormente ahora lo hago es para decirte... ¿No quieres asesinas a esos arrastrados que se la pasan pegados a Ari? Yo puedo ayudarte a darles el último aliento – el castaño pensó un rato, finalmente se decidió por hacerlo – está bien. ¿Pero cómo? – la voz nuevamente hablo – Tu déjamelo a mi, yo me encargo – el ojo del castaño anteriormente azul ahora era dorado – por cierto, me llamo Bleyt. Un gusto – ahora el castaño se encontraba en el sub conciente de su cuerpo el cual era controlado por Bleyt.

11/08/24

|[Drian Fuera]|

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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