[ 4 ] You gave her your sweater.

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Voy a asesinar a sangre fría a Max Goof.

Y cortaré su cuerpo en pedacitos.

Lo pondré en una bolsa.

Y...

¡Oh! – Exclamó sorprendido. – Brad... Heh... ¿Qué tal? – Sonrió.

Al diablo.

¡¿Cómo qué "¿Qué tal?"?! – Grité – ¡Estuve esperando por horas que me abrieras la bendita puerta! –

El cronograma del día consistía en visitar a Max, ayudarlo a comenzar el proyecto de filosofía y entonces, merendar cookies caseras – Hechas por su padre, Goofy Goof – en su hogar.

Pero Max Idiota Estúpido Tonto Mal Nacido Goof, lo olvidó, al parecer.
Estuve horas esperando que atendiera el teléfono – Y eso que le llamé 53 veces. Estuve horas parado frente a su hogar, tocando la puerta varias veces.

El frío en las calles era insoportable, a pesar de que, está vez, si obedecí al consejo de mi abuela. Nevaba, literalmente.

¡Sos un estúpido! ¡Y un tarado! ¡Y! ¡Y...! – Continué, hasta ver atrás de Max, una figura asomarse.

Era Roxanne.

Roxanne sonreía, confundida.
Entonces, noté que, ella tenía el suéter de Max.

Oh. – Dije.

Hola Brad... – Ella saludó, tímidamente, se acercó a Max, abrazó a su cintura.

Llegué en un mal momento.

Perdón Brad... Yo... Yo... – Max quería excusarse. Sin embargo, no se le ocurrió nada. – Lo olvidé.

Entendí que, no solo lo olvidó, sino, que invitó a Roxanne a su hogar sin avisarme.

Pero...

No iba a hacer un escándalo – Realmente quería hacer uno – Estaba enojado.
Perdí mi tiempo, desperdicié mi preciado tiempo.

Max sabía que cancelé mis actividades recreativas para seguir con el cronograma.

Está bien... – Sonreí, disimulando mi ira. – Otro día vengo.

Lo siento... –

Está bien, Max. – Respondí – Nos vemos, chicos.

Me alejé. Oí la puerta cerrarse.
Abroché mi campera, acomodé mi bufanda y me alejé.

Entonces, mientras caminaba, pensé en Roxanne y el suéter.

Ella lucía bien con él.
El color del suéter realzaba su belleza, el vino era su color... ¿Max se lo habrá dicho?
Y el suéter le quedaba grande, sin embargo, se veía adorable.

Inevitablemente, sentí más frío.

No entiendo por qué.

Heather. | Maxley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora