Heather. | Maxley.

[ 6 ] Wish I were Roxanne.

Actualmente, Max y yo no hablamos. – Dije. Concluyendo mi anécdota. El psicólogo pareció tomar nota de ello.
Entonces, levantó su vista, animandome a continuar.

Entonces... No sé. – Admití, mientras que, suspiré. – A veces lo veo con Roxanne en la biblioteca.

¿Te gustaría que vuelvan a hablar? – Preguntó el doctor. Algo en su pregunta se me hacía incómodo. No sé qué.

Sí. – Fui sincero.

¿Por qué no lo haces? –

Porque no quiero. –

Brad. – No podía mentirle a un psicólogo. Después de todo, él acompañó mi vida desde hace unos meses. – Ambos sabemos que no es cierto.

Porque... – Me daba vergüenza admitirlo, pero quería, realmente, volver a hablar con Max. – Ehm...

No voy a juzgarte. Tus emociones y sentimientos son importantes. –

Porque era mi mejor amigo. – Susurré.

¿Y? –

Porque lo quiero. – Continué. – Lo quiero mucho. –

Fué vergonzoso.
No sé expresarme.
Usar el "Te quiero", en mi opinión, era difícil. Era complicado. Pocas veces he dicho eso, y mi abuela solía responder "Yo también, mi niño."

Entiendo... – El psicólogo irrumpió el silencio. – Sin embargo, ¿Qué tiene que ver? Puedes querer y, tal vez, no extrañar. – Sostenía su bolígrafo negro, esperando alguna respuesta.

Suspiré.

Entendía la confusión del hombre.
Otra vez, repito, no se expresar mis emociones. A veces, ello conlleva a malos entendidos.

Porque sé que él está bien con Roxanne. – Dije. – Por más que, yo me sienta infeliz sin su presencia... Él esta muy bien con ella. Y eso está bien, él la ama.

¿Cómo lo sabes? –

Porque lo ví, doctor. – Me senté, – Antes estaba acostado en un gran sillón azul – Sus ojos...

¿Qué tienen? –

Cuando la mira, se iluminan. – Me sentía un loco, un lunático o un bobo... – Sus ojos... Sus ojos se iluminan, brillan. Sé que él la ama. Y entiendo, seguramente Max no es conciente de lo que hace... –

Me dolía la verdad.

Recuerdo como la miraba, recuerdo como sus ojos brillaban tal estrellas cuando hablaba de ella.

Seguramente, Roxanne desconoce lo afortunada que es al no contar con este pequeño detalle.

Me encantaría que, cuando se hable de mi, a alguien le brillarán los ojitos, así como a Max.

Es dulce, y cursi, no voy a negarlo.

Me gustaría ser ella.

Bradley... – Me llamó, regresé a la realidad, y él sonrió. – Creo que, tu problema, es que te gusta.

¿Qué? –

¿Qué?

No, no era posible.

Sí, Brad. – Respondió, pero no entendía, seguía confundido. – ¿Te haz escuchado? Parece que, estás desarrollando sentimientos por Max, entonces, te duele ser "remplazado" – Continuó, mientras hacia comillas con sus dedos. – Nadie te reemplazó.

¿No? –

No, Brad. – Se sintió reconfortable saberlo. Más escucharlo por un profesional, él sabrá de lo que habla, ¿No? – Créeme que no.

Oh. –

Pensándolo bien, era lógico.

No era una idea descabellada.

Sin embargo, sea o no, carece de sentido.
Nunca me sentí nervioso, nunca sentí mariposas en mi estómago.

Es raro.

Tal vez, yo soy raro.

Esa sesión provocó que no durmiera por las siguientes noches. Tenía dudas. Tenía miedos... ¿Puedo enamorarme de mi mejor amigo? (O ex mejor amigo)

Pensé en, nuevamente, todo lo que vivimos, Max y yo.

Vaya.

Sentí frío al recordar el suéter de poliéster color vino. Roxanne, actualmente, lo usaba seguido. Dónde fuera que ella estuviera, el suéter la abrigaba, y acompañaba.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

Me sentía frío.

Entonces, decidí que, era suficiente.
Era y es un delirio, ¡Max no es mi tipo! ¡Tampoco soy gay! Mi psicólogo habrá malinterpretado todo...

Deseaba descansar de un peso, sin embargo, ahora estoy confundido.

Me tapé, me arropé con mis sabanas color "rojo" – En realidad, vino. – e intenté descansar, cerré los ojos.

Seguía sintiendo frío.