Capitulo II: la situación.

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Después de algunas horas hundiéndose en su miseria y en la suciedad del sitio donde se encontraba,  finalmente encontró fuerzas para sentarse derecho y respirar hondo. Si realmente había transmigrado entonces solo le quedaba enfrentar la situación de momento.

Toda la situación solo entristeció de sobremanera al muchacho, no tenía idea de donde se encontraba y ni siquiera estaba en su propio cuerpo, no sabía que había sido de su cuerpo original, ¿habrá muerto? No tenía idea y no había manera de descubrirlo pronto.

Lentamente volvió a adoptar una expresión estoica, lo único que podía hacer ahora era investigar donde estaba y exactamente quién era, claramente no se encontraba en su mundo viendo como tenía características de animales.


“un segundo…  ¿características de animales? “


Ovidio se puso rápidamente de pie, por consecuencia se mareo y casi cae contra el sucio suelo, camino hasta la destartalada puerta para encontrar que el extraño que conoció hace unas horas aún estaba deambulando cerca de la entrada.

Bien, solo era un extraño para Ovidio, pero el otro parecía conocer al propietario original de este cuerpo.

El hombre pelirrojo que estaba cargando con unas cajas que se veían pesadas, se movió con una expresión que transmitía su claro mal humor pero tan pronto como vio a Ovidio en la puerta, su rostro de iluminó.

—¡Ovidio! ¡Despertaste! Que bien que lo hiciste, necesito ayuda con un pedido del jefe— habló alegremente el otro antes de poner todas esas pesadas cajas sobre Ovidio mientras sonreía, el de cuernos de oveja miro al chico frente a el con un poco de incredulidad en sus oscuros ojos. El hombre pelirrojo sonreía amigablemente pero era evidente que no quería terminar con su tarea asignada y delegó toda la responsabilidad a Ovidio —estoy seguro que me ayudaras ¿cierto, amigo? Tu mismo lo dijiste, entre omegas nos ayudamos— el hombre pelirrojo se carcajeo alegremente al terminar de hablar, sin darle tiempo para responder al muchacho oveja, el hombre de cabello rojo se marchó como si escapara.

Sin saber que hacer con todas esas cajas que hacían doler sus delgados brazos los dejó en sobre el suelo de momento, Ovidio estaba un poco más perdido que antes, no tenía idea de quien era ese hombre o ese tal ‘jefe' en la boca del otro. Mirando las cajas frente a él se dio cuenta de que podrían darle una pista de su identidad.

A todo esto, este tipo…  ¿dijo “omega”?”

Pensó en silencio mientras abría una de las cajas, tan pronto como la abrió se quedó congelado ante el contenido. Cerro apresuradamente la caja mientras las punta de sus orejas se ponían de un suave tono rosa, suspiro para calmarse e intento racionalizar la situación.


“Omega, ambiente pobre, un jefe que da como tarea llevar esta clase de…  cosas”


Bajo los ojos hacia las cajas regalándoles una sombría mirada, no tenía que sumar dos más dos para tener una idea aproximada de su situación. Ovidio llevó sus manos apretando el puente de su nariz cuando siento como lo invadía un fuerte dolor de cabeza gracias al estrés que le causaba su suposición.

“De todas las situaciones posibles ¿tenia que transmigrar en la peor de las circunstancias? “

No tenía idea de donde llevar esas cajas, así que hizo lo más razonable que se le ocurrió en ese momento;  tirar las lejos de su casa, de esta manera podría crear una excusa para eludir la responsabilidad impuesta por el otro omega, si preguntan solo se haría el tonto. No era seguro que le crean puesto a que era consciente de lo poco convincente que era la excusa.

Transmigrado a un jodido ABODonde viven las historias. Descúbrelo ahora