La vuelta de los dioses

Introducción del universo

Nos encontramos en una isla en medio del océano que compone el país de Pire. Sus habitantes creen que los dioses fundaron su civilización como la conocen a día de hoy y, por tanto, su estructura social no ha cambiado nunca.

Cuando nace un niño es bendecido en el Gran Templo, donde un dios se manifiesta para reclamarlo como suyo. Desde ese momento, el bebé pertenece a su orden hasta el momento de su muerte. Todos los bebés y niños son entrenados en sus tareas dependiendo de su dios. Pero todos los varones son sin excepción entrenados para la lucha, mientras que las mujeres tienen que tener un mínimo de tres hijos cada una, sin excepción. Las relaciones entre ambos sexos no existen fuera de la reproducción que es cuidadosamente controlada y planificada por las autoridades.

El dios más importante es Episteme, a su casa solo entran los que luego serán los mejores hombres, nunca en la historia ha habido una mujer perteneciente a esa casa. La orden de Episteme se considera guardiana del conocimiento y de la sabiduría, por lo que son los encargados del gobierno, además de eso también son los expertos en estrategia militar. Su jefe es el llamado Supremo Sacerdote, líder de todo el país.

Exercito es el siguiente dios, tampoco acoge a ninguna mujer entre sus filas. Esta orden es la encargada de supervisar la sociedad, reparten justicia en sus tribunales secretos, y son los encargados de preparar a los muertos para su viaje final. Sus hombres son la policía de Pire.

Fenomeno es el dios del mar, el tiempo y los fenómenos naturales. Su orden en el principio de los tiempos acogió a alguna mujer, pero ninguna se ha considerado digna desde entonces, lo que para muchos de los líderes evidencia cómo las mujeres a cada día que pasa ven reducida su utilidad únicamente a labores indignas de hombres.

Con Magistro pasa lo mismo, hay constancia de una única mujer que perteneció al grupo. Su orden es la encargada de la enseñanza superior a varones.

Venari es el único dios que acepta a mujeres y hombres por igual, aunque sus tareas son diferentes y no entran en contacto unos con otros. Los hombres de esta orden se dedican a la caza y a la fabricación de armamento, mientras que las mujeres se encargan de la cocina y de la recolección, además del cultivo de diferentes plantas.

La orden de Lirio está dedicada a la maternidad, sus integrantes solo son mujeres y estas tienen que tener un mínimo de cinco en vez de los tres hijos habituales. Ellas son las encargadas de criar a los niños hasta que estos pueden independizarse e irse a su orden correspondiente. Su jefa es también la Suprema Sacerdotisa, que es la única mujer a la que se permite la participación política.

La última diosa es Alma, el objetivo de sus sacerdotisas es acompañar a los hombres y satisfacer todas sus necesidades una vez son considerados no aptos para la lucha, se dedican también a la producción textil y a la ganadería.

Los habitantes de Pire han sido criados sabiendo que un día llegaría el momento en el que tendrían que luchar contra unos invasores extranjeros, y por eso se toman muy en serio la estructura social que tienen desde tiempos inmemoriales.

La mayoría de la población está en la capital y única ciudad de la isla Piri, allí están las principales sedes de todas las órdenes. La ciudad está dividida en dos, la parte de las mujeres y la parte de los hombres. Mientras que es habitual ver a los hombres en la zona de las mujeres, la única mujer que puede pisar la otra parte es la Sacerdotisa Suprema.  En las afueras de la capital se encuentra la ingente finca que pertenece a el Supremo Sacerdote. A lo largo de la isla se encuentran una sede por cada dios, cada una en un lugar secreto que nadie conoce con seguridad, a menos que pertenezca a la orden en cuestión. Y en otro lugar desconocido se encuentra el templo original que se dice que fue levantado por los dioses. Ningún mortal jamás ha sido capaz de adentrarse más allá del jardín, y el templo ha quedado casi en el olvido.