Narrador omnisciente
Las sirvientas desempacaban la maleta de la joven princesa Helaena, quien ahora lucia un hermoso vestido después de varios días usar unos diferentes a los que usualmente usaba, todos se habían ido a sus aposentos a descansar después de un largo viaje en carruaje.
Toda la familia recién llegada después de unas pequeñas vacaciones en el bosque real, tenían que volver a sus obligaciones.
Los cocineros tenían demasiado trabajo por la cacería de los príncipes, había cazado para el alimento en el bosque real pero sobró tanto que algunas partes de la carne se irán para los dragones de la familia y otro para la cena.
Jacaerys había recibido bastantes regalos aunque uno llamó la atención del joven príncipe como el de todos, una espada con la manivela de la cabeza de un dragón.
Lyanna se sienta en el pequeño escalón donde Helaena se encontraba, sus manos ocupadas por un cien pies, quien caminaba por una mano tras la otra. Lyanna apoya su cabeza en su mano, mirándo a la persona que estaba a su lado, Helaena no era de jugar mucho, siempre estaba en su mundo y eso era lo que a Lyanna le llamaba la atención.
Quizás siempre estaba en su mundo pero decía las palabras adecuadas en el momento adecuado o no, que lo que salía de su boca se hacía realidad, de allí el apodo que le había sido otorgado.
La soñadora
Alicent sabía que en ese apodo se escondía lo que en verdad pensaban en su pequeña y única hija, pero no era capaz de aceptarlo, incluso sus propios hermanos lo sabian, pero Aemond no le interesaba lo que creía de su hermana mayor.
-Helaena
-¿Mmh?
-¿Es cierto lo que dicen de Aegon?
Helaena despega su mirada del animal, mirando a la amiga quien tenía la mirada clavada en el cien pies.
-¿Sobre qué?
-Que es siempre esta metido en el alcohol y en los burdeles
Helaena desvía la mirada hacia el suelo, Lyanna despega su mirada del animal llevándola a donde Helaena, quien parecía pensativa o decidiendo sus siguientes palabras que serían usadas.
-Aegon es un príncipe quien necesita ayuda
-¿Ayuda de que tipo?
Helaena muerde su labio inferior, lista para hablar cuando las puertas son abiertas, ambas se giran observando entrar a Alicent, Helaena decide seguir con lo suyo, en cambio de Lyanna quien se levanta del suelo, dándole una reverencia a la reina.
Alicent se acerca a Lyanna con una sonrisa, tomando el rostro de la pequeña Cole entre sus manos, Lyanna sonríe cuando Alicent acaricia sus mejillas dulcemente.
-Sabia que aquí encontraría a ambas
-¿Sucedió algo, majestad?
-No las habia visto desde que llegamos y me había preocupado
Lyanna sonríe.
Alicent sonríe levemente, alejándose de la pequeña Cole, sentándose junto a su lado, intenta tomarla del hombro pero Helaena se aleja, Alicent pasa su mano por su cuello. Helaena sigue jugando el animal, ignorando la expresión de su madre y el que Lyanna salga de la habitación sin hacer mucho ruido.
Lyanna camina por los pasillos, encontrándose con Jacaerys, Lucerys y Aegon, quienes se reían juntos, la niña mira a su alrededor intentando visualizar al hermano menor de Aegon, Aemond Targaryen, quien no se encontraba por ningún lado.
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The flame of blood
RandomElla blanco y el negro... Dos enamorados quienes tendrán que luchar por sus familias y por su gran amor que ambos sienten... Tendrán que luchar por su gran amor y por sus creencias, incluso si eso conlleva sacrificios y la decaída de su amor... Tres...