•OneShots• Sanegiyuu, Obagiyuu y tal vez Saneobagiyuu

Infertil

Au: omegaverse

-Si, te fui infiel y no me importa. Ella si puede darme lo que tu en tu vida nunca conseguirás.- Ahi estaba en el suelo un pequeño y bello omega ojiazul llorando amargamente.

¿Pero y por que?

Es muy facil. Su alfa Obanai Iguro le acababa de revelar que le fue infiel con su amiga de la infancia Mitsuri Karonji quien estaba embarazada de dos meses.

Giyuu era un omega que siempre tuvo problemas para poder concebir, pero justo ahi en el suelo, estaba los estudios que se había mandado a realizar junto con la prueba de embarazo positiva de la mujer.

En esos estudios revelaba que era esteril. No podia concebir a un bebé, era un omega inútil que para el proposito mas importante que tenia que hacer, no podía realizar.

Y su pareja llevaba meses engañandolo pero no lo dejaba por el simple hecho de que queria una familia en el matrimonio, pero por desgracia su doctora le dijo que su omega era infertil.

Y su amante le dio la noticia de que iba a ser papá y lo puso tan feliz que mejor era el momento de mandar a la calle a su omega inútil y traer a su amante como su nueva omega.

Justo ahi estaban las maletas del ojiazul con toda su ropa y sus cosas.

-P-por favor Obanai... Recapacita... Yo te amo ¡No me puedes dejar! Po-podemos adop-.- Una cachetada recibio así como fue tomado bruscamente de sus brazos para artojarlo a la calle donde estaba lloviendo junto con sus cosas.

-Que asco. ¿Adoptar? Ni en sueños, quiero un hijo de mi sangre, no a un bastardo sin familia.- El cruel alfa miraba con asco a su ex omega.

Giyuu estaba lleno de lodo y empapado por la lluvia. Miro hacia la que era su casa y miro a su ex amiga quien estaba con una sonrisa al igual que se acariciaba su vientre un poco abultado.

Solo empezó a llorar y la pelirrosa salio con un paraguas evitando que se mojara. Se acerco al omega sollozante y levanto su mentón con su dedo índice.

-Ya vez Tomioka... Por fin te he ganado en algo~- Y la risa burlona de la mujer fue lo unico que escuchaba mientras lloraba.

Ahi quedó por unos minutos hasta que simplemente tomo sus maletas empapadas y empezó a caminar sin rumbo.

La lluvia camuflaba sus amargas lágrimas. Siempre creyó que sus ciclos irregulares no eran un problema.

Además nunca creyó que Obanai fuera capaz de algo así. Desde que se caso con él a los 18 años todo fue de color rosa, bueno, hasta el punto de que Obanai empezó a soñar con una familia y lo intentaron.

Cada prueba negativa era una estaca en el corazón para el omega y un empujon mas para el alfa a los brazos de una amante.

Ahora con 25 años no sabia que hacer, su trabajo como maestro efectivamente daba buena paga pero su dinero se quedo en su antigua casa y no tenía a donde ir.