24. Yuwon

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Yeonjun estaba raro. No solo parecía hablar más de lo normal, estaba sonriendo constantemente y no me quitaba la mirada de encima. Me sentía cohibida ante su presencia. Mi pecho estaba comprimiéndose por cada carcajada que salía de su boca. Por cada palabra que decía sentía un revuelo en el estómago y recordar cada palabra de preocupación suya desde anoche me sacaba una sonrisa.

—Voy a llamar a mi madre—me revisó de arriba abajo—Habrá que cambiarse de ropa...

¿A dónde narices me quería llevar?

Me obligó a ponerme ropa ancha, cómoda y unas botas. Se fue unos segundos a su casa volviendo vestido parecido.

—¿Estás lista?

—Supongo, ¿Me vas a decir ahora dónde vamos?

—Aún no.

Íbamos directos a la estación. A las seis de la tarde había un par de personas allí, no como cada vez que iba y me encontraba el lugar vacío. Yeonjun miraba el panel esperando a que esos dos minutos se redujeran a uno.

—¿Jun, A dónde me llevas?

—¿Esa es la única pregunta que me quieres hacer?—me miró de reojo, unos segundos antes de mirar al frente de nuevo.

No tenía ninguna otra pregunta en esos momentos, así que tocaría empezar mis pequeños movimientos para tantear el terreno.

—Yeonjun, ¿Te he dicho que me gustan tus ojos?

—¿No?—giró su cabeza hacia mí.

Una mirada confusa pero intensa. Podría estar horas observando sus ojos. Si ese parón entre ambos hubiera sido más largo y el tren no hubiera llegado justo en ese momento me hubiera inclinado hasta rozar esos labios gruesos suyos. En cambio tuve que conformarme con su cabello moverse despeinando su pelo y su perfil

Se levantó del banco lentamente. Me quedé con las ganas sin duda...

Me apoyé contra una de las puertas cerradas del tren. Yeonjun jugaba en la barra justo enfrente de mí, se agarró a la barra alta y se inclinó hacia delante y hacia atrás mientras me comentaba lo vacío que iba siempre sus trenes en comparación a la vez que montó en metro conmigo. Comparaba cosas triviales con la ciudad, y de alguna forma sentí que ese pequeño viaje que hizo le acercó mucho más a mí. Teníamos otros temas nuevos para hablar, como si Aeris seguía siendo tan rara o había recapacitado.

—Aeris no cambiará nunca.

—No sé cómo podéis ser tan cercanas, está loca, Yuwon—una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro.

—Por Kyun, son hermanos.

—Kyun es un personaje, pero su hermana es un libro entero.

Esbocé una sonrisa y asentí recordando el drama que me montaron por teléfono cuando les llamé y les informé que estaba en el pueblo de forma indefinida. Kyun parecía a punto de mandar un misil, y Aeris quería venir de visita cuanto antes. Ambos bastante diferentes pero igual de intensos.

—Pero son buenos—me señaló con la barbilla—buenos para tí.

El tren frenó, y como estaba tan maravillada con él no me agarré ni me apoyé del todo. Fue Yeonjun quien agarró mi cintura evitando que rodara por el tren. Si antes estaba avergonzada, ahora estaba como un tomate.

¿Y si le beso?

Soltó mi cintura y se dio la vuelta rapidísimo, como si fuera una carrera, como si hubiera recordado que dejó el horno encendido. Bajó las escaleras del tren y me miró espectante. Bajé tras él igual de rápido, solo que yo no quería ni mirarle a la cara en esos momentos.

Part Of Me -Yeonjun (PAUSADA)Where stories live. Discover now