∆ 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙣𝙩𝙤 2 ∆

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George estaba caminando levemente rápido a través de los árboles, tanto Eliza como Jane habían ido a un lugar que desconoce, por lo cual quiso aprovechar el momento de soledad para dirigirse al lugar más concurrido del arroyo: El árbol del trueque.

Su objetivo era buscar algo para comer, no solía hacer eso ya que Eliza lo consideraba "inapropiado" para su grupo, y solo lo permitía en momentos específicos. Pero el peliazul no podía negar que los bocadillos eran deliciosos, por lo cual en más de una ocasión se había escapado del resto para poder probarlos.

En su mente seguía algo frustrado por lo ocurrido días anteriores, sin embargo ir a ese lugar provocaba una pequeña sonrisa en él, pues fue el lugar donde tuvieron su primera conversación, o bueno si así se le puede llamar.

Intentaba calmarse, esperaba no parecer un obsesionado o algo parecido, solo que por alguna razón ese niño cada vez le gustaba más y no podía dejar de pensar en él.

No paso mucho cuando por fin pudo llegar a su destino, sus pasos se desaceleraron mientras veía a los niños a su alrededor, conocía a la mayoría por razones de las cuales no estaba orgulloso, aunque no podía negar que ver a niños pelear era algo sumamente interesante.

Su vista estaba desviada y su mente muy hundida en sus pensamientos, la mayoría de estos giraba entorno a cierto castaño y sobre cómo poderle confesar sus sentimientos.

Debido a esto en ningún momento noto que alguien se aproximaba involuntariamente a él causando que ambos chocoran, logrando que George cayera en el suelo.

—Auch—se quejo al sentir el impacto—Espero que no me haya ensuciado—susurro para si mismo.

—Oye, ¿Quieres ayuda?

Los ojos del peliazul rápidamente se abrieron y el sentimiento de nerviosismo empezó a inundar su ser, con inseguridad subió su vision logrando tener un buen ángulo de él. ¿Quién era él? Pues la persona en la que tanto pensaba y fantaseaba. El guarda secretos.

Se quedo prácticamente tieso, con una mirada brillante sin despegarla del castaño, quien solo lo observaba con algo de duda al ver que el peliazul no reaccionaba de ninguna forma.

"Es muy lindo" George formo una gran sonrisa en su rostro pues estaba feliz de poder toparse con él aún si fue en un accidente. Pocos segundos fueron los que pasaron para que está dichosa sonrisa desapareciera, esto al escuchar al contrario toser, cosa que hizo al peliazul caer en cuenta de muchas cosas.

Lo observaba peligrosamente sin hacer nada incomodando notoriamente al castaño, estaba en medio de muchos niños y él estaba inmóvil como una estatua, y más importante, se cayó y lleno de tierra enfrente del chico que le gusta. Que vergüenza.

—A-Ah yo...—tartamudeo mientras un notorio sonrojo invadía su pálido rostro—Perdón...

—No te preocupes, creo que soy yo él que debería disculparse—dijo con algo de pena—Dejame hecharte una mano—dijo extendiendo su extremidad.

Los ojos de George se iluminaron rápidamente, era como en las películas románticas que Eliza los obligaba a ver, su respiración se hacía más agitada y con lentitud acercó su mano para sentir ese tacto que lo hizo sentir un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

—Ven aquí—dijo jalandolo y haciendo que se pusiera de pie.

"Dilo, dilo, dilo" se repetía constantemente él peliazul. Estaban frente a frente, sus ojos se veían fijamente y sus manos seguían juntas, todo había desaparecido alrededor derrepente y solo eran ellos dos. Era el momento perfecto.

—Eh...Y-yo quiero decirte algo—decia con voz temblorosa mientras un sonrojo se apoderaba de su rostro.

—¿Agradecerme? Nah, no te preocupes—dijo soltando la mano del contrario—Tendre más cuidado la próxima vez, y espero que también lo tengas—menciono alejandose—Nos vemos.

El de traje solo se quedó espectante y su corazón se quebró levemente, ¿Por qué tenía que tener tan mala suerte? De verdad quería contarle acerca de sus sentimientos al castaño pero, involuntaria o intencionalmente, este no ayudaba en ello.

Dejando de lado esto siguio quieto de pie, procesando lo que había pasado. No había mucho que pensar a simple vista, chocaron, se cayó, lo ayudo a pararse y fin de la historia, pero por algun motivo el lo había vivido muy diferente.

Sentía mucho en ese momento. Estaba avergonzado, confuso, pensativo, asombrado, feliz y quizá muchas más. Una sonrisa inundó su rostro rápidamente, ¿Era exagerado? Esperaba no ser exagerado, si bien no pudo hablar apropiadamente con él, estaba contento de haber tenido una pequeña interacción.

Quizá no era un adulto o siquiera un adolescente para decir esto, pero al momento en el que tomo su mano el pudo sentir las nubes. Pasaron los segundos y creyó que estaba llendo muy lejos y que parecía un lunático, por lo cual entro en razon de nuevo pero sin despegar esa gran sonrisa de su rostro.

—Umm, ¿A qué había venido?

~Intento 2~
FALLIDO

𝘏𝘰𝘭𝘢, 𝘮𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora