Por la avenida Cuarta la vida era de noche, nada importaba por esos sitios... las luces dirigían y las personas cuidaban, ¿Qué clase de personas estarían por allí? Pocos lo saben, pero eso no era relevante en lo absoluto.
Cada quien iba con lo suyo, pero más de una decena volteaban a ver con cuidado y curiosidad aquello, un carro de lujo, grande y blanco. A paso lento las llantas crujían con las partículas de asfalto y polvo, pero eran opacado con el intenso ruido de música del género reggeaton que sonaba, no, que zumbaba desde dentro del coche. Con la misma velocidad sin prisa se movía mientras se elevaba de arriba a abajo en una perfecta sincronía, asemejaba una onda transversal... una gran onda blanca en medio de la noche negra. Y así es como iba, balanceándose de verticalmente emitiendo un ruido infernal para los transeúntes. Esas imágenes pronto se detendrían.
¡Hoy se bebe, hoy se gasta!
¡Hoy se fuma como un rasta!
Con todo el volumen, como el movimiento ascendente y descendente, comenzó a salir humo del cofre y empezaron ruidos de motor ahogado. Llegó un momento donde la música se detuvo por completo y las ondulaciones comenzaron a cesar.
Casi al instante salieron dos hombres, uno era un gigante musculoso de piel oscura con la cara vestida con una barba bastante larga, el otro un joven de no más de 20 años, de piel muy blanca, salió vomitando tan pronto tocó el suelo. Tenía uno de sus ojos con las venas notadas y sentía que no le funcionaba muy bien en este momento, pero miró lo suficientemente bien para entender que al otro no le importaba como se viera, no era su asunto.
Y así era, el negro al momento de salir no regaló ninguna mirada al joven enfermo, su única acción fue sacar una bolsa de los asientos traseros y con apresurado desdén, nada parecido a la forma en que manejaba, la arrojó al lado del chico. Fue entonces cuando en su cara apareció algo de lástima por él, un segundo de duda reinó en su mente:
"¿Vas a estar bien?", dijo.
"Coff coff... si", le respondió.
Tras eso sacó otra bolsa, se la echó al lomo y agarró camino.
Finalmente se pudo levantar, pero nada más para tomar asiento no muy lejos de allí.
La noche podía ser larga, peor también podía ser muy corta.
Una grúa se llevó no mucho tiempo después el carro defectuoso. Una vez se perdió de vista, este se levantó y se fue.
Al día siguiente ya se encontraba mucho mejor que la noche anterior, entonces andando por la calle como si no tuviera destino mientras cargaba la bolsa, la se veía pesada, entró a una puerta que solo le hacía falta empujar pues allí solo entraba el que llevaba prisa, tenía esa idea.
"Terminemos con esto rápido", dijo mientras colocaba la gran bolsa en una mesa.
"Pero por supuesto, patrón", dijo una voz sarcástica que iba saliendo por un pasillo frente suyo.
El lugar era una especie de pequeña bodega que dejó de operar, ahora funcionaba para reuniones de cuestionables personas involucradas en cuestionables asuntos. Una tenue luz amarilla entraba desde una ventana en la parte superior de la pared, lo que pintaba de sombra gran parte de la habitación a pesar de la hora del día, era mediodía.
"Parece que hubo buen botín esta vez, lo escuche de nuestro colega, ¿tiene razón?", el hombre en cuestión era de aspecto de negro, con rastas y los dientes salidos por lo que su color amarillo sería algo característico suyo. "¿La carga fue buena?", expresó una gran sonrisa tras ello.
Cuando el joven abrió la bolsa la actitud de la otra parte no cambio en lo absoluto.
"Muy bien, me gusta como estamos trabajando tu y yo", hizo una breve pausa. "Con eso sobre la mesa no puedo esperar a hacer otra, ¿Qué dices?"
No obtuvo respuesta de inmediato, este joven de primera mano hizo un gesto negativo con su cabeza, tras eso comenzó a sacar dinero de la bolsa, varias pacas de billetes a la vez.
"Yo me salgo con esta, fue suficiente para mí", terminó dejando su parte dentro, cerró e intentó irse.
"¿Te vas así y ya? Oye, esto, ¿Cuántas veces lo has hecho? ¿Cinco? Apenas y vas conociendo lo que es dinero de verdad, ¿En serio quieres salirte?"
"Si", no dudo en responder.
"No te puedes ir así sin más... tienes que pagar"
El paso rumbo a la puerta fue interrumpido por un hombre de gran tamaño, no tanto como el negro de la noche pasada pero aún así no le hacía frente. Cuando volteó con intención de alegar este comentario fue interrumpido:
"Tu solo pusiste una pequeña parte, y se te multiplicó en gran parte, ¿Por qué? Porque fui considerado. Eras nuevo en esto y quería dejarte entrar al negocio, por eso no te puedes ir cuando quieras, y si lo haces, tienes que pagar, porque dinero llevas allí contigo. De lo que pusiste, ¿Cuántas veces se te devolvió? ¿Eh? ¿Cuántas? Dímelo"
"Dos y media, nada más"
"¿Nada más? ¿Dos y media por hacer nada? No es justo para mi negocio. Así que tienes que pagar", la cara risueña desapareció, no era una gran amenaza, pero no tenía otra opción más que soltar una parte del dinero. Esta vez, casi no obtuvo ganancia.
No le gustó para nada lo que recién pasó, pero justo ahora no había nada que pudiera hacer. Para el futuro, pensaba, se repondría y lo olvidaría, así que trató de perderle importancia.
Mi nombre es Matt, en la calle se me suele conocer con el horrendo apodo de Matty solo porque algunos me conocieron cuando tenía menos edad y ya estaba trabajando junto a ellos. Nunca he tenido una vida de lujos, mi padre era como ausente aunque viviera en mi misma casa y mi madre, mi madre fue la que mas me cuidó, se encargó de mi en todo y por eso es que cayó enferma, lamentablemente ya no está con nosotros. Pero me enseñó todo lo que sé y ocupo saber, el hecho de que el dinero lo es todo, solo hace falta una buena mente para manejarlo. En honor a ella haré todos mis bienes, comenzando por tener mi propia casa.
Acabó de salir de un negocio no del todo legal, eso me tranquiliza un poco, ahora solamente hace falta el pagar una deuda. Con eso resuelto podré empezar de cero, como si nunca hubiera estado en un punto tan bajo, como lo estuve ayer.
Hoy en la noche realizaré ese movimiento y terminaré con esto. El día de mañana iré a la escuela que va comenzando el nuevo semestre. Me reuniré de nuevo con mis amigos. Y todo irá viento en popa. Me rio de pensarlo.
Esta noche dormiré mejor que desde hace mucho tiempo, estoy seguro de eso, voy a un antro, de los más famosos del lugar, mis planes son casi perfectos, no hay nada malo que pueda ocurrir, estoy seguro de eso.
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Siempre juntos
HumorUn joven con el sueño de tener dinero vive su vida al lado de un pequeño grupo de universitarios. A lo largo de sus días se provocarán diferentes contratiempos en todos los aspectos de su vida, desde la emocional hasta lo romántico, viéndose relacio...