Matt no estaba muy dentro de sí mismo.
No pensaba con claridad.
Pensaba con buena razón, pero ciertas consideraciones de prudencia se fueron junto con el malestar que sentía.
En perfecto estado físico no se encontraba. Más le alcanzaba para sobrevivir y pasar una buena noche. Disfrutar de lo que se diera. Beber y bailar. Distraerse.
Pero una copa nunca le sería suficiente.
Era en esos momentos donde muy dentro de sí agradecía no ser un drogadicto fiestero, solamente fiestero, y en baja proporción.
Matt, que tenía varios argumentos tras de él para arrojarse al piso y dormir una buena siesta, olvidó por completo todo aquello cuando volteó a mirar a aquella mujer.
Alta, morena y rubia. Cargaba de accesorio unos llamativos lentes rosados con tono fosforescente. Un mini vestido que justo tapaba su busto sin escote sin mangas, estaba coloreado con una mezcla de esmeralda y verde que se juntaban en un equilibrio perfecto como si de un par de nubes se tratase, era atrayente por sus rosas azules estampadas de manera uniforme a lo largo de la tela. Esa pequeña y ajustada pieza era suficiente para cautivar por completo a Matt, el cual la miró por un tiempo que pareció ir demasiado lento.
Mirando su descripción al completo y el mero hecho del lugar donde la miró, uno hubiera creído que no le sería del todo atractiva a Matt. Lo que sucedió en ese momento marcó un antes y un después en la persona en cuestión.
Para la gran fortuna del momento, para gloria de Matt, esa mirada fue correspondida. El joven sin perder la compostura la miraba atónito, estaba a un paso de sentir una epifanía. Aquel momento, el segundo exacto cuando la muchacha dirigió su atención a su nuevo admirador fue el instante donde Matt se soltó, donde olvidó todo lo que había pasado hasta entonces.
Se levantó y movió su posición a otra donde fuera un poco más sencillo el contacto. Matt lo sintió como magia o como un sueño, pero la mirada de ella no lo soltó ningún momento durante se traslado. El sabía, ella estaba actuando.
Lo que pasaba era una conexión que nunca había sentido, capaz nunca la volvería a sentir si no era con esa chica, pensó.
Ella no dejaba de mover su cuerpo, sus caderas y sus brazos se movían de una forma refinada siguiendo un compás con la música electrónica que el DJ tocaba.
El no bailaba, tanto por la razón de que no sabía como seguir ese paso como por el pensamiento que llegó a él sobre que daría una impresión negativa, lo que quería evitar a toda costa.
Así era la situación al momento, no pasaba mucho tiempo hasta que por cosas de espectáculo (o por el destino) las luces se apagaron, y la música comenzaba a bajar de decibeles, y el decidió tomar acción. Proceso rápido el ambiente, supo que era buen momento para acercarse, pero casi justo iba a mitad de camino que topó con una persona. Chocó con ella.
- ¡Lo siento! - dijo Matt al instante.
- No, discúlpame a mí, estaba yendo a la barra en plena oscuridad. - expresó ella nomás habló Matt. Su voz lo engatusó aún mas, ahora estaba seguro que quería hablarle un poco más. Aunque fuera un poco más.
- No te preocupes, ¿quieres que te invite algo?
Matt se maldijo por un segundo, se supone que debía invitarla, no preguntarle si le gustaría. Agradeció a todos sus antepasados de que ella haya accedido.
- Hacía tiempo que no venía a una discoteca- mencionó ella nada más llegando a la barra.
- El ambiente sigue igual de pesado, no te pierdes de mucho- añadió él.
- Si, pero, ¿sabes? Realmente disfrutaba estos lugares en mis días de preparatoria, ahora en la universidad es algo diferente.
- Puedo llegar a entenderte, engancharte en algo un tiempo y después soltarlo. Cuando vuelves ya no es lo mismo - un vago intento de parecer interesante.
Ella se rio.
El quedó perplejo. ¿Se estaba burlando?
- Creo que no estamos en la misma sintonía- finalmente dijo.
Eso por alguna razón le dio risa a él.
- A veces no es necesario estar en la misma sintonía para poderte entender con alguien. Simplemente existe esa conexión.
- Y eso se le llama sintonía- volvió a reír de forma irónica.
El que atiende la barra ya había dejado los tragos, un trago bastante caro. Un precio que en el momento Matt se podía permitir sin problemas, pero se acabó muy rápido. Y como se suponía ya, una copa no sería suficiente.
La música subió de repente. Ellos se miraron y rieron.
- Me refiero a... Ya no importa
La risa parecía que era provocada por el alcohol. Pero no era así del todo.
- Me llamo Renata- le dijo acercando sus caras.
- Yo soy Matt, un gusto.
- ¿Quieres bailar?
El baile no es el fuerte de Matt, pero se dio la pregunta en el peor momento, pues el estaba dispuesto a hacer cualquier cosa pues ya nada le aparentaba algo demasiado intenso.
Bailaron y siguieron bebiendo. Ella seguía con un muy refinado aspecto al momento de moverse, mientras que él se veía muy tieso y no seguía el paso de todos.
Una pareja a su lado se empinaba una botella de vino, ellos se acercaban a la barra y tomaban un copa para regresar al centro.
Algunos llegaban a tocarse sin discreción y sin ninguna preocupación, ellos bailaban juntos pero manteniendo cierta distancia.
Otros no estaban con una sola persona, ellos se veían todo el momento sin descuidar a su compañero.
En un momento, sucede otro acto de espectáculo, las luces se apagan por completo y la música disminuye continuamente. Es entonces cuando ellos se besan.
Lo que pasaba a continuación es de innecesaria mención. Estoy completamente seguro que usted como lector podrá hacer sus suposiciones de manera más específica para usted mismo. Lo que nosotros alcanzamos a visualizar, es a una agradable pareja despertando juntos en la cama de un hotel. Se miran y con cierta sorpresa se levantan y se alistan por separado. Por supuesto que hay un intercambio de palabras, tipo: "Así dejamos la cama", "La verdad no recuerdo mucho", "¿Ya te vas a ir?". Eso y más cosas llegaron a mencionarse aquella mañana, pero lo más significativo fue la despedida, después que ella sale del baño y el intentaba entrar apenas. Con el cabello mojado todavía estaba ya intentando salir:
- Espérame, te acompaño- dijo Matt sacando el único medio pie que tenía dentro del baño.
- Nos vemos.
Y salió por la puerta. Ese "Nos vemos" significa que se volverán a ver, o tal vez solo fue un "Adiós" suavizado. No había forma de saberlo en ese momento. Todo se lo dejarían al tiempo, pues más cosas estaban por pasar tras este evento, y no están precisamente ligadas a sus negocios con quien sabe quiénes, pues esa no es la historia principal. Esta novela cuenta una historia sencilla de los recuentos de la vida y el amor entorno al joven Matt donde se presentará una sub-trama bastante cuestionable. Pero sobre todo, el amor reinará y los que deban estar juntos estarán siempre juntos.

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Siempre juntos
فكاهةUn joven con el sueño de tener dinero vive su vida al lado de un pequeño grupo de universitarios. A lo largo de sus días se provocarán diferentes contratiempos en todos los aspectos de su vida, desde la emocional hasta lo romántico, viéndose relacio...