Capítulo 3.

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- Eres un loquillo Matt.

Con una risa estrepitosa se burló del joven que recién le contaba su anécdota de la noche anterior.

- No te burles Will, te lo cuento de buena fe.

Will volvió a reír.

Willialdo Márquez, era el nombre de este joven. Él, junto a Matt, formaban una popular dupla entre sus compañeros de clases. Bien podrían ser llamados mejores amigos, aunque ellos no pensaban mucho en esas nimiedades.

Ambos estaban sentados en sus mesas, cada uno de dos sillas, aunque se sentaban separados estaban lo suficientemente juntos para contarlo sin que nadie oyera. Les ayudaba el hecho de que nadie estaba en los alrededores en este instante. Pronto comenzaría la primera hora de clase. Faltaban cinco minutos para las siete. Iba eternamente lento su reloj en la muñeca. Apenas y avanzaba.

- ¿Recuerdas como se llamaba?

- ¿Me crees un demonio? Claro que supe su nombre. 

- Mmm, ¿y cuál era?

Giró la cabeza hacia atrás haciendo un pequeño pujido, no le estaba agradando del todo la plática.

- El alcohol me lo hizo olvidar.

Will cerró los ojos conteniendo su risa mientras se frotaba la cara. 

"Es totalmente coherente", pensaba Matt. En cierto aspecto tenía razón, pues muchas de las cosas que se olvidan en la ebriedad suelen ser tanto carteras, teléfonos,  incluido nombres de personas que recién conozcas y podríamos mencionar como principal concepto olvidado a la vergüenza. En este caso fueron estas últimas dos.

Cuando Matt decidió contarle esto a su amigo no tenía ninguna idea de como lo iba a tomar, no llegó a pensar en si se iba a reír por ser algo del montón o a lo mejor cuestionaría el actuar de Matt. No llevaba ninguna expectativa, fue la sorpresa y energía que presentó Will al momento que le hizo replantearse seriamente que tanto de su vida era necesario contarle, en especial lo que tenga que ver con sus ligues de donde sea. 

Matt no era alguien fiestero, no solía ir a beber y bailar en discotecas. Era de ambientes más relajados, lo que lo excluía de muchos grupos que se juntaban cada fin de semana a hacer tales diversiones, llegaban a salir incluso entre semana. No era algo que le presentara problema a Matt, aunque era esa la razón por la que el no puede presumir de haber tenido decenas de parejas al momento, pues en realidad el número no superaba la decena. Todo lo contrario de su amigo, el cual tampoco es de noche, pero que siempre ha presentado un increíble talento verbal con el que siempre engatusa a la mujer que el desea al momento. Son secretos que nunca le ha revelado a nadie, él mismo ha jurado ser su secreto mejor guardado en toda su vida.

El hecho de que Matt haya vivido algo de ese calibre, que fue tan emocionante y satisfactorio para él, lo llevo a contárselo a Will, terminando en un terrible arrepentimiento. Dejó que el tema se lo llevara el aire.

Fue en ese instante que entraron por la puerta dos chicas bastante llamativas.

Una de ellas, de cabello violeta y soltado cubriendo su ojo izquierdo. Vestida mayormente de negro denotando su minifalda por sus medias negro azabache, traía impugnado sobre su rostro una fina capa de maquillaje que le lucía sus grandes cualidades faciales. Por su obvia personalidad no hacían falta los ornamentos incrustados en sus orejas y grandes longitudes en las puntas de sus dedos. Tenía un aura que poco se podía ignorar, pero a la vez, era complicado llegar a ella. Era casi como si formara una gruesa capa que la separaba de los demás. La otra chica traía una cabellera pelirroja y esponjada, un estilo de los años '80. Su ropa no era extravagante, aunque no las necesitaba para resaltar. Su mayor decoración era su gran y sincera sonrisa que llevaba en cada momento, a cada paso de su vida. Los pocos momentos que se le veía seria era inmediatamente rodeada de amigos que se cuestionaban al unísono acerca de su situación: "¿Estás bien? ¿Estás enojada? ¿Triste?" Por lo que esos instantes eran poco duraderos.. Eran bastante diferente, uno podía mirarlas durante horas y quedarse con la duda de cómo era posible que pudieran congeniar de forma agradable aquellos dos seres de bellezas tan distintas pero igualmente innegables.

Ambas chicas, Lucian y Nyx respectivamente, se acercaron sin prisa ni negocio a los asientos de los jóvenes que mantenían una curiosa conversación. Para Matt, podría ser una salvación, para Will, una nueva conversación.

- Olvidé hacer la actividad de Cálculo, ¿me la podrías pasar, Matt? -pidió Lucian.

- Llegamos precisamente a pedirles los trabajos, porque sabemos que ustedes ya las tienen lista siempre. -expresó Nyx con una risa que le partía la cara.

- Pues lamentablemente hoy fue ese día, lo siento mucho -respondió Will- ayer Matt se puso bien loco en la discoteca, ¿verdad Matt?

- Cero necesidad de decirlo tenías.

Rieron todos a excepción de Matt, quien mantenía una cara agotada desde que despertó. Pero fue en este momento cuando se sintió cómodo, desde hacía días que cargaba un peso personal del que finalmente se había deshecho. Y estando en este círculo que en sus peores días consiguió y escogió como lo mejor de todo aquello, pudo darse cuenta que la historia que iba a escribir en sus próximos días no iba a tratar de malos negocios y gente de poca monta, contaría la simple historia de universitarios esforzándose tanto en su vida escolar como en lo privado, sin olvidar disfrutar todos los momentos que sean preciosos para uno mismo.

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⏰ Última actualización: Sep 14 ⏰

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