I.- Alfas Hale

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La manada Hale se ha mantenido al mando del pueblo de Beacon Hills desde hace siglos y su deber ha sido cuidar a cada una de las personas de ese lugar sin importar que fueran alfas, betas u omegas, también abundaban las especies, ellos eran lobos.

Thalia Hale ha sido una alfa líder orgullosa y con su omega Drake han cuidado del territorio y había decidido que sus tres hijos serían los futuros líderes de la manada junto con sus omegas. Laura Hale había conocido a su adorado omega cuando entró a la secundaria, un adorable sabueso del infierno llamado Jordan Parrish mientras que Cora conoció a su omega cuando estaba en la primaria, Allyson Argent, una linda omega loba con un carácter fuerte. Derek, el único alfa varón aun no encontraba a su omega y se negaba a estar al lado de otro omega, solo quería a su destinado.

Thalia se encontraba sentada en su escritorio mirando a sus hijos con una sonrisa amable mientras que Drake estaba detrás de ella con una suave y cariñosa sonrisa, amaba a sus hijos y no solo por su instinto omega.

— Estoy pensando en retirarme. — comentó Thalia mientras acariciaba la mano de su omega, la cual descansaba en su hombro.

— Pensé que te retirarías más tarde, Laura apenas tiene veintidós años, yo dieciocho y Derek veinte años. Creo que aun somos jóvenes además Der ni siquiera ha conocido a su omega.

El mencionado gruñó. Odiaba que le recordarán ese pequeño detalle.

— Derek es capaz de ser un líder sin su omega, además decidió esperar hasta encontrarlo y debemos apoyar su decisión. — le dijo Thalia de manera suave pero con un tono de autoridad.

— Tienes que respetar a tu hermano, cachorra. Derek tiene sus razones y no tiene nada de malo querer estar con su compañero destinado. — comentó Drake mientras se acercaba a su hijo y lo acariciaba con cariño.

— Gracias, pa. — miró a su madre — ¿Cuándo piensas anunciar tu retiro?

— En unos meses, pero comenzaremos con el entrenamiento para que ustedes tomen mi lugar. Estoy en un momento donde quiero ver a la nueva generación crear una nueva era, además quiero pasar tiempo con su padre. — Drake sonrió con ternura.

Los niños Hale creían en el amor gracias a sus padres, ellos les habían enseñado que si existe y que a pesar de ser destinados ellos luchaban día a día por su relación y se demostraban el amor cada vez que lo sentían.

— Empezaremos a organizarnos, haremos lo mejor que podamos. — dijo Laura con una sonrisa divertida. Ella era la emocionada por llevar el mando de la manada Hale, toda su vida había convivido con sus hermanos por lo que sabía trabajar en equipo con ellos.

— Lo sé, harán lo mejor pero recuerden que no deben de esforzarse de más, ustedes son primero y su salud también, no tienen que probarnos nada. — les dijo Thalia con cariño, sus hijos eran increíbles pero no tenían que probarles nada.

Los tres asintieron y salieron de la oficina de su madre encontrándose con los miembros de su manada.

*

Jackson, un alfa y Theo otro alfa caminaban por el bosque con Derek, ellos eran mejores amigos y las manos derecha a izquierda del alfa Hale. Ambos eran sus primos e hijos de Peter así que habían estado toda su vida juntos por lo que tenían una relación muy estrecha. Ambos habían encontrado a sus omegas: Isaac y Liam, dos adorables hermanos que adoptaron Thalia y Drake cuando los encontraron en un orfanato después de que su padre muriera.

— ¿Cómo estuvo la reunión con tus padres? — preguntó Jackson mientras se estiraba, cada vez que estaba en el bosque solo quería transformarse en lobo completo y correr por todo el territorio.

— Bien, mamá nos dijo que se va a retirar así que tenemos que prepararnos para tomar el mando.

— ¿Tan pronto? Pensé que aun faltaba tiempo. — comentó Theo, su tía siempre hacia las cosas por algo así que no dudaba de su decisión.

— Si, pero quien sabe en lo que piensa mamá. El problema es que sé que Cora no se siente lista aunque Allyson la va a ayudar mucho.

— Esa omega tiene carácter, la verdad me da un poco de miedo. — dijo Jackson temblando levemente, aun le dolían las heridas del último entrenamiento con la chica. Estaba loca pero igual que su alfa, por eso estaban juntas.

— Es buena chica... — movió su nariz levemente, podía captar un olor a uvas y ceniza, era un olor curioso pero le encantó, algo en su interior se removió por lo que comenzó a caminar en dirección a ese aroma.

— ¿Derek? — preguntó Jackson confundido al verlo avanzar como su estuviera en un trance.

— ¿No huelen eso? Ese delicioso aroma.

Los rubios se miraron con sorpresa. Al parecer Derek había encontrado a su compañero.

— Derek. — trato de detenerlo Theo para que fuera más despacio pero el Hale no dudo en comenzar a correr hacia el lugar donde se podía notar ese olor.

Frente a ellos había un pequeño riachuelo donde se encontraba un chico castaño de ojos whiskey y piel increíblemente blanca adornada por lunares, todos su cuerpo estaba cubierto por ropa que parecía ser más grande que él. Cuando Derek se acercó lo suficiente el omega lo miró con temor y retrocedió levemente pero todo su cuerpo estaba a la defensiva.

— Tranquilo, no voy a hacerte daño. — le dijo Derek mientras se acercaba a él como si fuera un animal herido.

El castaño dejó brillar sus ojos en anaranjado y Derek le contesto dejando brillar sus ojos en carmesí. El omega se calmó un poco pero abrió levemente su boca dejando ver sus colmillos como advertencia.

— Me llamo Derek, somos compañeros. Eres mi omega destinado. — su voz era suave y trataba de transmitirle confianza al otro.

El castaño inclino levemente su cabeza pero no dejó de mostrar sus colmillos. Derek no podía evitar sentir ternura y tristeza al ver al chico, es como si fuera animal herido, un cachorro asustado.

— ¿Cómo te llamas? — preguntó Derek.

El castaño levantó sus hombros.

— ¿No tienes nombre? — repitió la acción — ¿No lo recuerdas? — asintió — ¿Puedes venir conmigo? — negó — Prometo que nadie te hará daño. Mi manada es buena, no te harán nada, puedo darte comida y creo necesitas un doctor. — le dijo Derek con suavidad.

El castaño lo miró para después convertirse en un zorro de fuego, su pelaje era negro y la punta de su hocico, orejas y patas tenía un color anaranjado oscuro casi rojo, no era muy grande y parecía algo desnutrido.

Derek sintió a sus primos detrás de él pero no apartó su mirada del zorro que cruzó con torpeza y dejó que el alfa lo tomara entre sus brazos aunque parecía tenso.

— ¿Él es tu compañero? Nunca había visto un zorro de fuego, es bonito. — dijo Jackson mirando al omega con ternura.

— Si, es mi omega. No habla y creo que necesita ver a un doctor y comida, esta muy delgado.

— Vamos a casa, todos se estarán feliz de verlos. Llamaré a Deaton en el camino. 

Omega DestinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora