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P.O.V ____
── ____, ¿estas son las llaves de las que me hablabas? ── Preguntó el joven a mis espaldas, su voz denotando curiosidad.
Me giré lentamente, tomando un momento para estudiar su expresión. Sus ojos estaban llenos de expectación y un leve nerviosismo. ── Un momento, novato. ── Respondí con un tono que pretendía ser firme, pero no demasiado severo, para que respetase los momentos en los que estaba ocupada y no podía estar inmediatamente con él.
Con cuidado, saqué la munición de Mágnum de la taquilla del tercer piso, ubicada junto al descansillo de las escaleras en el lado oeste. El eco de mis pasos resonaba en el pasillo silencioso, añadiendo un toque de tensión al ambiente. Este tipo de munición era muy potente y escasa, nunca se sabía cuándo podríamos necesitarla. Tras asegurarla en mi bolsillo, me dirigí hacia él, quien aún sostenía la llave en su mano.
Me coloqué a su lado, observando atentamente el objeto. La llave era pequeña, de un color plata brillante, y en su vértice se encontraba una pica de color verde que se conectaba elegantemente al resto de la llave. Su diseño era peculiar, casi artístico, y me recordó que cada elemento en este lugar tenía su razón de ser así debido a su pasado como museo.
── Estás en lo correcto, son justamente las que te decía. ── Dije, intentando transmitir confianza en mi voz. Mi sonrisa buscaba tranquilizarlo. ── En el camino, cuando volvamos con Marvin, deberíamos abrir la puerta de vuestra oficina. ── Hice una pausa, observando su reacción, asegurándome de que comprendiera la importancia de mi próximo comentario. ── Será un atajo para no tardar tanto tiempo en volver a la sala principal.
