𝗦𝗲𝗿𝗲𝗻𝗱𝗶𝗽𝗶𝗮 | 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗮𝗻 𝗔𝗹𝘃𝗮𝗿𝗲𝘇 ✔

ʚ𝗘𝗽𝗶́𝗹𝗼𝗴𝗼ɞ

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋
“𝗦𝗼𝘀 𝘃𝗼𝘀”
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🗓 23 de marzo 2023
📍Buenos Aires, Argentina
🏟 Estadio Mâs Monumental

"QUE BAILE LINA, LA PUTA QUE LO PARIO
QUE BAILE LINA, LA PUTA QUE LO PARIO..."

—¡Dale, Lina! —gritó Dibu, con una sonrisa en los labios.

—¡Saca los prohibidos, Noelia! —esta vez fue Lautaro.

—¡Los que te enseñe, los que te enseñe! —le dijo Paulo riendo.

La mujer soltó una carcajada antes de soltarse de la mano de Julián y bailar, escuchando los viroteos de la hinchada argentina en las tribunas. Aurora y Juli rieron mirándola, alentandola a seguir.

Cata volvió a reír antes de volver con sus amores. El jugador la abrazó por la cintura, dejando un beso en su cabeza.

"Beso, beso, beso"

Se empezó a escuchar, y la pareja compartió una mirada.

—¡Comele la boca, Araña! —exclamó Enzo detrás de ellos, sin darse cuenta de la mirada fulminante de Lionel a lo lejos. Valu rió, golpeandole el brazo.

—Que la bese, que la bese, que la bese —empezaron a cantar sus compañeros.

La castaña soltó una risa antes de agarrar con sus manos la cara de Julián y pegó sus labios en un beso suave y lento, los gritos no se hicieron esperar.

Al separarse, el cordobés sonrió y dejó un pico antes de seguir caminando por la cancha con la copa del mundo en su brazo libre. Observaron a Aurora correr hacia Mateo y ponerse a jugar con los otros nenes.

El castaño miró a su mujer, notandola pensativa y con la mirada perdida.

—¿Qué te pasa? —le preguntó en un susurro.

Hacia días que venía así, siempre con la cabeza en otra parte.

Lina llevó sus ojos hacia él y negó, con una sonrisa de labios cerrados—. Nada, Juli.

Por dentro estaba que se moría, no quería decir nada porque podría llegar a parecer una pelotudes, pero para ella no lo era.

No hace mucho había leído unos comentarios que decían que Julián pudiendo tener a cualquier mina, eligió estar con ella que es madre soltera. Que pudiendo estar libre, aún así estaba con ella y tomando una carga que no era suya –Rory–.

Y eso sacó todas sus inseguridades de nuevo, las desenterro del lugar donde las había escondido muy bien.

—Bonita, hace días que venis estando rara, en las nubes. ¿Qué pasa? —murmuró con voz suave.

—Nada, es una boludes.

—Sí te tiene así no creo que sea una boludes, mi reina.

Catalina miró sus pies insegura.