-II- La noche

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Solo en el templo del silencio había una profunda paz,  el monje meditaba con una gran tranquilidad y paciencia, le duró muy poco, le tomó por sorpresa la presencia del caballero dorado, muy rara vez se le había visto por su Santuario, le alegró la noche al saber que el campeón dorado viniera a hacerle compañía en momentos difíciles.

_Señor monje, espero no le moleste mi sola presencia.

_No, de ninguna manera, caballero dorado. Aunque admito que no me esperaba que usted venga a mi santuario justo en estos momentos, eso es muy respetable de su parte.

Respondió con una sincera sonrisa.

_Hasta yo mismo estoy tan sorprendido como usted señor, no tenía muchas cosas que hacer esta noche y dormir no era una opción.

Observó por unos momentos las cascadas y la vegetación del lugar.

_Usted podría hacer muchas cosas justo ahora, fue decisión suya llegar hasta aquí y eso lo agradezco.

Juntó sus manos con relajo mientras mantenía su sonrisa.

_No tiene que agradecer nada señor, no pierdo mi valioso tiempo de todos modos.

Ondeó su perfecta cabellera rubia llenándose de orgullo de su perfecto ser.

_Aprovecha muy bien su tiempo al llegar hasta acá desde tan lejos.

Se escuchó desde lejos el glorioso canto de la magnifica ave fénix, mostrando su despertar nocturno, salió de su nido a volar por los bosque del santuario para iluminar el camino lleno de oscuridad, tal vez iba a terminar de sellar un destino.

-

La noche parecía eterna con la tal falta de sueño de los presentes en aquel castillo rojo.

La princesa ayudaba a su padre con las nuevas estrategias para posible futuras batallas, el rey rojo cada vez estaba más fascinado con la mente brillante de su hija, la presumía como su más grande logro,  ella dejaba una buena impresión hacía su familia, había muchos pretendientes de alto poder queriendo tomarla como esposa.

Era muy tarde para estar despierto, lo único que lo mantenían activo era las copas de elixir oscuro servidas a la cantidad exacta en dos de las copas más lujosas del castillo, así ambos saceaban su sed, al mismo tiempo supuso que su pequeño hijo (su pequeño caso perdido, como las tropas lo conocían) estuviera dormido,  si es que no lo vence el sueño iría  a verlo.
Uno de los reclutas interrumpió el momento padre e hija pensando que no había nadie despierto hasta esa hora, era una falta de respeto interrumpir de esa manera.

_¿Tiene un recado?

Preguntó al recluta con voz sería.

_No señor, disculpe mi atrevimiento. Solo venía a avisarle que la conferencia real se ha retrasado debido al reciente...

Se detuvo en seco, no recordaba el resiente suceso. No tenia nada que ver con la realeza, pero para los demás superiores y de alto poder era importante.

_Un guardia ya sea adelantado con aquel comunicado, no hace falta repetirlo.

Dijo el rey frunciendo el ceño.

_Si, disculpe señor rey...

Mantuvo la cabeza en bajo por un momento luego se fue rápido del lugar.

_¿No les darás un apoyo, papá?

Preguntó la princesa.

_Cuando los pueda ver de frente. Por el momento no planeo nada, solo trato de enfocar mi mente en las batallas.

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