Watashi wa Akiba de, yakuza no asashin to tsukiatte imasu

Episodio 3: el dia normal de una asesina

La bodega estaba llena de gente de traje, todos llevando cajas de un lado a otro y muchos de estos iban hacia 2 camiones estacionados cerca. Vigilando atentamente, Doku se encontraba con sus manos en los bolsillos, siendo la única en traje blanco y con gafas de sol cubriendo su rostro, otro encargo más para el clan. En un momento siente que llega un mensaje a su celular, lo revisa esperando que sea un mensaje de algún superior, pero se sorprende cuando mira un numero nuevo:

Hazuo: Hola

Hazuo: ¿Como estas?

Hazuo: Espero que estes bien, te escribo más tarde adiós

Ella sabía quién era por la imagen de un casco robot que tenia de perfil, no esperaba que contestara tan pronto después de la cita y se sintió bien al ver que le escribía, le respondió que estaba bien y también ocupada que podía escribirle más tarde. Al terminar de enviar el mensaje sonrió un poco, a lo que Shuchi, uno de sus subalternos, solo se limitó a reír al ver su expresión: -ja, ¿estas sonriendo? ¿Acaso te escribió su novio? - Doku avergonzada y consiente de donde estaba le devolvió la mirada con sus ojos de asesina -Tú te callas y ve moviendo más cajas o te empacare en una de ellas- Shuchi conocía muy bien esa mirada y significaba que no era broma, en verdad lo haría, así que solo empezó a mover cajas de forma rápida sin decir una palabra más.

Hazuo seguía comiendo su postre al ver la respuesta de Doku, se sentía contento, podía seguir la conversación con esta mujer ya que la cita, a pesar del desastre, resulto bien. Esperaba conocerla mejor y ver que podía conocer de ella, era lógico que había cosas que serían muy diferentes, aun así, sus personalidades no eran tan distintas...o al menos eso creía él.

Los camiones llegan a su destino, un gran edificio de 40 pisos en el centro de la ciudad, camuflado entre los demás edificios de oficina. La misma gente de traje junto a empleados regulares empiezan a bajar las cajas a diferentes carros y a una bodega en un piso superior al tercer sótano del parqueadero. Mientras Doku y sus subalternos, 4 de ellos en total suben al ascensor; ella saca una llave la cual pone entre los botones del aparato, esto bloquea todos los pisos excepto los últimos 3. Ella presiona el penúltimo piso y el ascensor empieza a subir. Ella les da indicaciones a los otros de vestirse bien ya que saben con quienes se van a encontrar, a lo que estos empiezan rápidamente a arreglarse: guardar sus camisas, colocarse sus corbatas y limpiar sus zapatos.

El ascensor llega a su destino, al abrirse un cuarto rojo con una recepcionista con una gran belleza y vestido corto y escotado los atiende. Doku solo la mira de forma despectiva ya que la recepcionista no está ahí precisamente por su desempeño en el trabajo.

-Avísales a los jefes que he llegado...y rápido- La recepcionista la mira en un principio de forma altanera hasta que se cruza con la mirada y aura asesina de Doku, lo que hace que ella recuerde su lugar.

-eeh si claro, dame un momento- Avisa por el teléfono de la llegada de Doku, el tiempo de respuesta es corto y les dice que pasen. Doku y su gente siguen por el pasillo de la derecha, este aun con el mismo color y luces tenues esta lleno de obras de arte tanto orientales como occidentales, mas la forma en que todo pasan por ahí ya están acostumbrados a esta visión, especialmente Doku. Al final del pasillo una sala de juntas con una apariencia mas tradicional los espera, un enorme kotatsu ocupa el centro de la misma, en ella y, ordenados hacia los lados, 8 señores de mas de 40 años cada uno los reciben, solo 2 de ellos usan trajes de corbata mientras el resto visten trajes tradicionales japoneses, detrás de cada uno hay dos sujetos de pie firmes y con las manos en sus espaldas. Los señores están bebiendo sake y algunos de ellos fuman cigarrillos mientras en el centro de la mesa hay papeles desordenados y un mapa de la ciudad.

-Doku Tako se presenta ante el clan Watabariyashi-gumi- saluda seriamente y se inclina de manera respetuosa, sus compañeros hacen lo mismo en ordenada formación. Los señores los miran de arriba a abajo y entre ellos.