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— Emma, yo tengo que irme urgentemente. Pero un amigo me ha dicho que puede cuidarte.
Pablo, mi hermano, estaba empeñado en que alguien "cuidara" de mí mientras el estaba fuera.
— Te recuerdo que yo me se cuidar sola.— me quejé buscando las llaves con la mirada — No se para que te empeñas en molestarme.
— Basta Emma. Tal vez no será para cuidarte pero necesito que alguien te vigile mientras no estoy. Tienes 17 años, así que aún estas a mi cargo y no pienso dejar que vayas haciendo mas lios por ahí. — su voz fue fuerte y autoritaria.
Unos minutos después el timbre sonó y Pablo fue a abrir la puerta.
Un chico alto, castaño y guapo —muy guapo— entró saludando a mi hermano con una sonrisa.
— Esa es mi hermana, solo vigílala. — Rodé los ojos al escucharlo — Emma este es João, João esta es Emma.
— Hola Emma.
— Hola.
— Gracias hermano, espero que no te moleste mucho.— se despidió de nosotros y seguidamente se fue.
Subí en mi habitación rápidamente, dejando a João en la sala. No me apetecía hablar con él.
¿En que momento había pasado una hora?, decidí bajar. Seguramente se había ido cansado de estar solo.
Al llegar abajo ojeé la sala para comprobar si aún estaba allí, y no, no estaba, por lo que me acerqué a la puerta con la intención de poder irme. Al intentar abrirla noté que no se podía por más fuerza que hiciera.
¿Me había dejado encerrada?
— Pablo me dijo que la cierre con llave. -- pegué un brinco al escuchar su voz detrás de mi.
— Ay coño, que susto. Pensaba que te habías ido.— dije girandome, colocando una mano en mi pecho.
Dejó escapar una risita al ver mi reacción.
— Pues ya ves que no, ¿donde ibas?
— Iba a ver a una amiga, ¿me abres porfa?— puse mi mejor cara de pena haciendo un leve puchero.
Su boca se curvó levemente en una sonrisa mientras se metia las manos en los bolsillos del pantalón.
Que imagen.
— No.
— ¡¿Que?! ¿Por qué no?
— Porque he venido para vigilarte, así que no vas a salir. — refunfuñé pasando por su lado para volver a mi habitación.
Me empecé a aburrir demasiado al estar encerrada en mi habitación. Salí y al estar bajando por las escaleras vi a João, estaba sentado en el sofá mirando el móvil concentrado.
Una idea fugaz atravesó mi mente al verlo.
"No Emma, no vas a hacer eso. Tiene 7 años más que tu." me intenté regañar por dentro.
Al final el deseo fue más fuertes que yo, así que me encontraba acercandome al sofá donde estaba João.
Apartó la mirada del móvil siguiendo mis lentos pasos con ella.
