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POV Irene
Me desperté por los rugidos de mi estómago, me paré y fui hacia el baño, donde tomé la decisión más difícil de mi vida: me baño ahora o en la noche.
Olisquee alrededor y bueno olía a semidiós podrido, no es que esperase oler a rosas y margaritas después de ser perseguida por la cabaña de Demeter por la bromita de los Stoll, pero no creía oler tan mal.
Aunque ayer por la noche fui reconocida por Hades, me quedé un poco más de tiempo en la fogata. Travis y Connor se acercaron a mí y me contaron el plan, supuse que trataban de animarme después de ser rechazada por el único hijo de Hades, en fin.
Después de salir de la ducha me puse crema en todo el cuerpo, me cepille el cabello y justo cuando me estaba quitando la toalla la puerta se abre y Nico entra, los dos soltamos gritos algo agudos y él cerró los ojos, yo trataba de alcanzar la toalla que se había caído al suelo por la sorpresa.

-Jo... joder, Nico, ¿No podías tocar?

Mierda. Genial. No le agradaba al chico y ahora esto pasaba, mi cara estaba mas roja que una manzana y ni siquiera podía hablar con normalidad.
Nico no estaba mucho mejor, con los ojos aún tapados se alcanzaba a ver un rubor en sus mejillas. Empezó a caminar de reversa, trastabillando con las prendas sucias que se cruzaban en su camino hasta que llegó al marco de la puerta.

-Joder, Irene, ¿no te podías cambiar en el baño? -preguntó de manera nerviosa y enojada.

-Claro que podía pero la ropa se quedo afuera, además como no estabas desde hace un rato tenía la esperanza de que regresarías más tarde.

-Sólo salí a darle de comer a la Señorita O'leary, sin querer cuando entre me encontré... con... además, es mi cabaña, obviamente tengo la confianza de que puedo entrar y salir sin preocuparme... al menos eso solía pensar.

-Mira Nico, ahora no es sólo tú cabaña, tendrás que lidiar conmigo en el tiempo en el que te quedes en el campamento, así que vete acostumbrando a verme aquí -me empecé a impacientar, yo sólo quería salir de ahí con mi orgullo por los suelos.

-¿Por qué me haces esto, padre? -susurró Nico, creyendo que no lo escucharía.

Eso fue todo. No podía más.
Le cerré la puerta de la cabaña en la cara y grité exasperada
Después de ese pequeño "espectáculo" terminé de cambiarme, revisé la pequeña mochila que traía y encontré mi vieja camiseta, bastante vieja. Me puse los mismo mallones que ayer y las mismas botas militares. Antes de irme a la cabaña anoche, los Stoll me habían dado un bonche de blusas del campamento. Me puse la blusa y una sudadera negra encima.
Me acomodé el cabello en un chongo, lista para salir.

Antes de irme a dormir ayer gracias a mi fallido intento de hablar con mi medio-hermano, me despedí de Percy, Travis y Connor. Percy me había dicho que me dirigiera al comedor en cuanto despertara, pidiera lo que quisiera en comida y bebida y que quemara algo en ofrenda a Hades.

Seguí las instrucciones de Percy haciendo lo último lo más rápido posible, moría de hambre. Me dirigí a la mesa que Percy me había señalado como la mesa de Hades. Pedí unas enchiladas con queso gratinado encima, en recuerdo de mi madre y sus recetas. Iba a extrañarla.
Cuando estaba apunto de terminar, Percy se puso a lado mío y esperó a que terminara.
Antes de si quiera poder saludarlo me agarró de la muñeca y salió corriendo, llevando mi cuerpo como una muñeca de trapo.
-¿A donde va... -no pude terminar la pregunta porque Percy me soltó tan bruscamente que tropecé y caí de cara sobre la tierra.
Genial, era un día perfecto.

Percy finalmente se percató de que estaba tirada en el suelo y me ayudó a incorporarme.

-Lo lamento, estaba emocionado, hace mucho que no enseño a nuevos semidioses a usar la espada -comentó bastante alegre.

Estoy enamorado de... ¿Quién?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora