Organizamos la primera cita, lo que más quería era que llegara el día. Él me había prometido un abrazo muy fuerte y cálido por ser nuestro primer encuentro en persona, elegí un lugar público porque muy ilusionada y todo pero siempre precavida, no lo negaré, por mi mente se cruzó un traficante de órganos o algo parecido, siempre fuí paranóica en ese sentido.
Tal como lo dijo, me recibió con un abrazo en la entrada del shopping, almorzamos y fuimos directo a la zona de juegos, se ofreció a pagar pero me rehusé, sentía verguenza, él tampoco insistió y lo dejamos así. Pasadas un par de horas decidimos sentarnos en una banca fuera del shopping para ver las hermosas plantas que adornaban el lugar y conversar.
Podía sentir su respiración muy cerca
¿A caso quería besarme?
No era la diferencia de edad la que me incomodaba, sino lo inexperta que era en el tema de los besos.
-Tiene 20 años, seguramente tiene mucha experiencia, ¿si lo beso y no le gusta?- mi mente estaba en mi contra, me quedé congelada sin saber qué hacer o decir hasta que se alejó un poco de mi cara.
unos minutos después comezó a lloviznar, él se levantó para buscar refugio pero le tomé la mano e hice que me viera a los ojos.
-Ahora o nunca- dije antes de acercarme, cerrar los ojos, ponerme de puntillas para alcanzarlo y darle un pico, como el que se dan los niños en la escuela, pero para mí era un gran logro.
no sé si fue la llovizna lo que me dió fuerzas para hacerlo a pesar de ser tan tímida, tav vez lo tomé como una señal, de lo que sí estoy segura, es de que ese primer beso bajo la llovizna siempre será "mi imperio romano".
Miro mi teléfono y no encuentro ninguna notificación, y es que ¿nunca más volverás a buscarme?, la mujer que soy ahora no hace más que recordar a aquella niña que estaba locamente enamorada de ti, hoy escribe para tratar de mantener vivo ese amor, pero es en vano, aquel amor se fue marchitando poco a poco y hoy solo me quedan los pétalos secos que guardo como recuerdo.
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Mi primer amor
Novela JuvenilEsta es la historia de mi primer amor. Miro el teléfono y no encuentro ninguna notificación, y es que ¿nunca más volverás a buscarme?, la mujer que soy ahora no hace más que rememorar a aquella niña que estaba locamente enamorada de ti, esa que hoy...