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"La ronda 4 será la última, ¿de acuerdo? Prepárate, bebé".
Respiras profundamente y te aferras a la muñeca de Patrick. Fijas los ojos en Tashi y sientes un dulce almibarado en lo profundo de tus entrañas. Ella sonríe y se desabotona los botones superiores de su camisa, dejándolos a ustedes tres a su suerte por ahora.
El estiramiento de la polla de Patrick pica y arde un poco, pero Art mordisqueando los huesos de tu cadera te ayuda a distraerte. Patrick jadea contra tu nuca, te sientes tan divinamente apretado que cree que ha muerto y se ha ido al cielo.
Mantiene la voz baja para que Tashi no pueda oírlo. "Joder, te sientes increíble, mataría por este coño, lo sabes".
"Engancha tu brazo alrededor de su cuello, buen chico." Tashi instruye a Patrick, recostándose en la silla del hotel y palmeando su coño ante la vista frente a ella.
"Sí, señora." Rápidamente te devuelve la llamada, actuando como si no te hubiera dicho nada en absoluto.
Patrick te tiene en una llave de cabeza, golpeando su polla dentro y fuera de tu coño con imprudente abandono. Art está debajo de ustedes dos, succionando su clítoris como si fuera un pezón del que estuviera tratando de sacar leche. Él lame donde estás estirado alrededor de Patrick, provocando gemidos de ambos y una risa de Tashi.
"Sé un buen perro y lámalos, ¿vale? Odiaría tener que quitarte tus privilegios como juguetes". Ella se burla, deslizando su ropa interior húmeda hacia un lado y acariciando su raja.
El "juguete" en la ecuación no eres tú.
Estás muerto para el mundo, con los ojos desorbitados y las uñas intentando rasgar la sábana blanca en pedazos. Tu cabeza y tus tetas se balancean hacia adelante y hacia atrás con los empujones de Patrick, ya al borde de tu cuarto orgasmo. Intentas gritar que no puedes soportar más, pero quieres enorgullecer a Tashi, así que te callas.
"Es tan bueno..." Art tararea en tu montículo, picoteando pequeños besos aquí y allá.
Sus sonidos son amortiguados pero las vibraciones envían tus ojos a la parte posterior de tu cabeza. La silla en la esquina de la habitación cruje cuando Tashi se levanta, y en el momento en que levantas la cabeza y abres los ojos, ella te sonríe con toda la calidez que no les da a los hombres que te complacen. Esto no se trata de ellos, nunca lo fue.
"Patrick es tan grande, Tashi, es ungggggh, ¡me va a matar!" Te quejas, tocando desesperadamente sus pechos vestidos.
Ella arrulla y se levanta la blusa, colocando tus manos en sus tetas y manteniéndolas allí, "Cariño, sabes que no, este coño puede recibir una paliza. Sólo te daría los mejores juguetes".
