Las luces neón en la entrada del local las recibieron por última vez aquella noche donde celebraban su tan esperada graduación.
Nayeon, Jeongyeon y Mina, junto al resto de egresados, estaban frente a la entrada del bar que por más de 5 años las vio beber y comer sin límites. El tan esperado día había llegado, ya no eran estudiantes de Periodismo de la universidad más prestigiosa de Seúl. Ahora eran oficialmente cesantes lanzados al mundo en busca de su rumbo. Algunos tenían claro el campo donde querían ejercer, otros solo deseaban tener un trabajo estable que les alcanzara para vivir en la capital sin endeudarse.
Encontraron el lugar una tarde de primer año, salían de un examen universitario y concordaron en que el estrés acumulado por esta nueva experiencia sería aliviado con un par de copas y comida. Luego de recorrer varias calles alrededor del campus, dieron con un pequeño y poco concurrido sitio que prometía precios accesibles y descuentos para los estudiantes.
Chill & Relax fue testigo de los mejores y peores momentos de aquellos jóvenes adultos que buscaban aprobar cada semestre sin morir en el intento. Tanto los dueños como los trabajadores comenzaron a identificarles y ofrecerles mejoras en sus compras por el mismo precio. Ya en los últimos años, se sentían parte de la familia dueña que les recibía siempre con los brazos abiertos.
—¿Están seguras que hoy atenderán?—preguntó Seulgi.
—¿Por qué no lo harían? —dijo Jeongyeon asomando su cabeza por una de las ventanas, tratando de buscar a alguien que les abriera.
—Escuché que debían hacer inventario, ya saben que suele tomarles el día completo. Además, no veo las luces prendidas—respondió Seulgi, riendo al ver cómo Jeongyeon golpeaba el vidrio para llamar la atención de algún trabajador.
—Sería raro que esté cerrado justo hoy, hace unas semanas le comentamos a Sunmi que hoy nos graduábamos—añadió Nayeon, uniéndose a Jeongyeon que insistía en hacer el mayor ruido posible.
Mina, que permanecía expectante, se adelantó y giró el pomo de la puerta, esta se abrió y todas se miraron entre sí.
—Hubiéramos partido por ahí— agregó Jeongyeon mientras reían—. Creo que a estas alturas no estamos pensando correctamente, Mina es la esperanza del grupo, tendrá que hacerse cargo de nosotras.
Mina, ya harta de esa broma recurrente, se adelantó y entró con confianza. La siguieron torpemente y se amontonaron detrás de la japonesa, usándola de escudo contra la oscuridad que las rodeaba.
—Creo que no podremos celebrar aquí, no hay nadie.
—¿Y por qué está la puerta abierta?—cuestionó uno de los pocos chicos presentes.
—Quizá dejaron mal cerrado...
Antes de que la frase terminara, todas las luces se prendieron de golpe y gritos inundaron la estancia. Un enorme cartel de ¡Felicitaciones! decoraba la pared trasera que estaba llena de pequeñas fotografías y mensajes de parte de quienes les vieron crecer durante este periodo, trabajadores y clientes recurrentes que de alguna forma se encariñaron con el divertido grupo.
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la boda de mi mejor amiga - 2yeon
RomanceUna noche. Una promesa. Un amor jamás revelado. Nayeon y Jeongyeon son mejores amigas desde la universidad. Juraron casarse si ambas estaban solteras a los 30 años; una hizo todo lo posible para cumplirla, la otra luchó por olvidarla. ¿Qué pasará c...