🐚.ೃ࿐ Capítulo 22

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Ella no se lo merece
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El alfa y el omega estaban acostados en la cama que compartían con el pequeño cachorro entre ambos, este estaba completamente dormido, tenía su boquita entreabierta y su pancita subía y bajaba por causa de su respiración relajada.

El omega sobaba lentamente la espalda del pequeño mientras que el alto acariciaba su cabello, estaban en silencio, después de lo sucedido en el consultorio con Leia ambos habían regresado a casa.

- ¿En qué piensas omega? -preguntó el pelinegro

- Tengo miedo de que nos dejes por Leia -admitió el menor

- Eso nunca pasará amor, los amo con mi vida y no sería capaz de sobrevivir sin ustedes dos -dijo el alfa

- Pero es que ella se escuchaba tan confiada que me dio miedo -dijo el bajito

- Nunca los dejaría Nunu, ustedes son lo más hermoso que tengo en mi vida y no tiraría a la basura lo que me costó construir a tu lado -dijo sonriendo levemente

- Te amo mucho Zee, eres el mejor alfa que pude haber tenido, y estoy muy feliz por todo lo que estamos haciendo junto a nuestro cachorro -dijo el omega

- Que te parece si vemos una película -dijo el alfa

- Está bien, pero que no sea de miedo, alfa -pidió el menor

- Lo prometo amor -dijo el pelinegro

El menor se puso de pie y dejó un beso en la frente de su cachorro antes de ponerse sus pantuflas e ir a la puerta, el alfa puso una mueca confundida ante esa acción.

- Iré a preparar palomitas, alfa -dijo el menor al ver el rostro de su alfa

Después de eso el bajito salió de la habitación y fue a la cocina para preparar las palomitas, cuando estuvieron listas las puso en un recipiente y subió las escaleras con ellas en mano para poder regresar a la habitación con su alfa.

- Aquí están las palomitas -anunció entrando a la habitación

- Ya puse la película amor -dijo el alto

- ¿Cuál pusiste? -cuestionó el omega

- La de Miss Peregrine y Los Chicos Peculiares -respondió el alfa

- Esa da miedo alfa -dijo con un puchero

- Claro que no amor, además yo nunca dejaría que te hiciera algo -dijo el pelinegro

El omega se sonrojo ante el beso que su alfa le dio antes de sentarlo en su regazo y después sonrió feliz, ambos empezaron a ver la película mientras comían las palomitas y vigilaban al cachorro para que no se cayera de la cama.

Era como cuando cuidaban de los gemelos.

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La rizada golpeaba la mesa con sus dedos mientras veía el reloj de su muñeca con el ceño fruncido, se suponía que llegaría hace quince minutos.

La puerta se abrió y por ella entró la omega castaña con una sonrisa apenada, se acercó a ella y se sentó al frente.

- ¿Por qué tardaste si tu me citaste a esa hora? -preguntó la mujer

- Lo siento, tuve problemas en el hospital y...

- No quiero saber niña, ¿para que me citaste? -interrumpió la rizada

- Necesito que cumplas tu parte del trato con papá o le diré que solo mentiste para que te lleve a la cárcel -dijo la omega

- No harás eso, Yamai cree en mi palabra y tu padre seguro también lo hace, no hay razón para que te hagan caso -dijo ella

- Zee no está demostrando el interés que dijiste que tenía por mi, le diré a papá que solo estas jugando con nosotros -amenazó la castaña

- Niña, ya te dije que él está enamorado de ti, aun esta con ese omega pero te aseguro que te ama, él me lo dijo -respondió la mayor

- Pues no parece amarme, me trata mal y solo defiende a ese estúpido omega y a mi no -dijo ella

- Solo dame un poco más de tiempo, lograré que te ame más y que deje a ese omega -prometió la mujer

- Solo tienes tres días, si no cumples le diré a papá para que te haga pagar por mentirnos -dijo la omega

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En el estacionamiento del hospital se encontraban el moreno y el castaño esperando a sus omega, ambos habían ido a recoger sus cosas mientras ellos esperaban en el auto de cada uno.

- ¿Por qué cambiaría tan de repente? Es algo muy raro -dijo el alto

- Lo sé, solo espero que no haga algo para lastimar a los chicos o a Jae -dijo el moreno

- Ese niño es genial, ¿puedes creer que el otro día logró ganarme una barra de chocolate en una apuesta? -contó el alto

- ¿Enserio? -preguntó sorprendido

- Si, prácticamente le dije que él no lograría que mi Nat dijera que lo amaba más que a mí y el pequeño enano consiguió que lo hiciera -dijo el alto

- Eso sí que fue una traición -dijo el moreno antes de reír

- Y hablando de traiciones, ahí viene Sam -dijo el alfa

- Hola chicos -saludo la alfa

- Hola Sam -saludo Max

- ¿Que haces aquí? -pregunto el moreno

- Oh nada Tutor, solo espero a Yim -respondió ella

- ¿Y por que tú esperas a mi pareja? -preguntó con el ceño fruncido

- Solo quiero ver a mi omega -respondió la alfa

- Él no es tu omega -respondió el moreno

- Claro que lo es, tanto así que nos vimos antes en el ascensor y la pasamos muy bien, es el mejor en el sexo -dijo ella

- Mira hija de puta, él es mi omega y ni tu ni nadie va a hablar de él como si fuera un cualquiera así que retráctate y ves a joder a otro lado -dijo el moreno molesto

- No lo creo, enserio lo hace muy bien y creo que lo llevaré a casa otra vez -dijo ella sonriendo de lado

- Te voy a partir la cara, estúpida -amenazó intentando acercarse a ella

- Hey no, que te pasa Tutor, discúlpate con Sam -dijo el omega llegando al lugar junto a su hermano

- No lo haré, ella no se lo merece, hablo mierda de ti, omega -dijo el mayor

- Vamos Yim, ¿le creerás? Sabes que yo nunca diría algo malo de ti -dijo la alfa

- Vamos a casa Tutor -dijo el menor

El moreno miró a la alfa con molestia antes de entrar al auto sin despedirse de nadie, por su parte el menor se despidió de los chicos y la alfa para después subir al auto e ignorar al alfa que maldecía a todo mundo.

El alto y el castaño vieron como se fue la pareja y después se fueron ellos también dejando a la alfa sola, esta sonrió al ver que había conseguido que el omega se molestará con Tutor, solo debía hacer eso unas veces más y lo tendría para ella.




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Muchos problemas, yo digo que ya le peguen a Sam y a Leia

2/?

Joselyn.

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