Be More, The 50's (Annyeongz G!P)

Capítulo 4

A los dos días siguientes, a Wonyoug apenas le había dado tiempo de conseguir otro regalo de cumpleaños para su esposo, ya que la camisa planeada ya no la tenía. Consiguiendo así una bella corbata de último minuto para que él la pudiera estrenar y lucir en su día especial. 

—Te estaré esperando por la noche con una sorpresa —ella desbordaba emoción y adoración. 

—No llegaré tarde —se despide de beso con su esposa. Salió y se marchó para dejarla nuevamente a solas. Tan pronto se fue, llegó su nuevo entretenimiento: La jardinera. 

Aunque su emoción se desvaneció al ver que detrás también venía llegando el auto de su amiga Liz. De igual manera estaba feliz de verla. Se saludaron de abrazo y beso en la mejilla apenas se encontraron en el porche. 

—¿Qué te trae por aquí tan temprano, Lizzi? 

—Amiga, descubrí que mi esposo me ha estado engañando —se soltó en llanto.

—Ven, vamos adentro —fueron al jardín, su nuevo lugar favorito para estar y platicar. 

—Y entonces mi esposo me mintió diciendo que había estado con el esposo de Ally, pero el labial que vi en sus camisas no me engaña —seguía sollozando—. Anoche lo confronté, pero él lo negó todo, alegando que sólo yo era la mujer que él ama, sólo para seguir viéndome la cara de estúpida. 

—No puedo creer que Arthur haya hecho eso. ¿Entonces eso quiere decir que ya lo sospechabas?

—Sí. Pero pase lo que pase, no quiero separarme, Young. ¿Qué tal si eso daña a nuestro hijo? Thomas ¿Qué dirán los demás si se enteran? La sociedad de mujeres me destruirá diciendo que fui yo la que ha fallado como esposa. 

—Hay muchas cosas que considerar —Wonyoung no sabía con exactitud qué opinar al respecto. Aunque lo más sensato sería decirle que le perdone la infidelidad a su esposo para que puedan seguir juntos. ¿Qué sería de su amiga si se enteran que podría divorciarse? En una sociedad como la suya es muy mal visto una mujer dejada, pero para un hombre... su vida continuará como si nada. 

—Sí. Creo que lo mejor será dejarlo pasar... Resistiré si hago como que nunca pasó —se limpia la nariz con su pañuelo. Suspiró y se recompuso poco a poco, tratando de mostrar una sonrisa media torcida—. Creo que me siento mucho mejor luego haberlo hablado contigo. Muchas gracias por escucharme, Young. 

—No estás sola, Liz. Yo te apoyaré decidas lo que decidas, ¿sí? Puedes confiar en mí para lo que sea —coloca sus manos sobre las de su amiga. Liz asintió aliviada por tener una sincera y buena amiga como Wonyoung. 

De pronto, escucharon estridente ruido de una decena de herramientas cayendo al suelo accidentalmente. La dueña de la casa sonrió divertida. De verdad que esa jardinera podía ser algo torpe de vez en cuando. 

—¿Sigue trabajando aquí la jardinera? 

—Sí. Ella dice que aún hay cosas por hacer, y es que el terreno de la casa es muy grande. 

Liz pensó. —Amiga, sinceramente no creo que esa sea la única razón por la que sigue aquí —inquiere con picardía. 

—¿A qué te refieres? ¿Por qué otra razón seguiría aquí, entonces? —frunció el ceño. 

—No lo sé, Young. ¿Qué tal si le gustas a la chica? —se burla.

—¡¿Qué?! No lo creo. De ninguna manera —se inquieta la dueña de la casa. 

—Desde que la vi, tiene una pinta media extraña, diría que tiene aires masculinos. ¿Crees que sea del tipo a la que le gustan las chicas? —sonaba más seria.