Capítulo 5

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Capítulo 5

Apoyada en el alfeizar de la ventana y mientras la expresión de Evelyn al liberarla de aquel compromiso pasaba por su mente como un borrón, Mati se preguntaba qué habría sucedido si hubiera intentado convivir amigablemente con ella. ¿Habría tenido el mismo fin su estancia en la hacienda? ¿Tras un tiempo Evelyn la hubiera mandado de vuelta como había hecho? Por un momento, Mati se había sentido como moneda de cambio, pero a medida que los pensamientos se organizaban en su cabeza, se daba cuenta de que Evelyn sencillamente había salvado su vida.

―¿A dónde vas, hija?―preguntó Ingrid

―Voy al mercado. Estoy cansada de estar en casa todo el rato.

Sin saber bien hacia qué lado coger, Mati intentó ignorar los susurros que se extendían por la calle por donde ella caminaba. Con la cabeza erguida, pero con muchas ganas de llorar, ella casi perdió el equilibrio cuando sus ojos verdes se cruzaron con los castaños de Evelyn . Intentando controlar la respiración, los temblores y el nerviosismo que solo aumentaban, se acercó vacilante.

―Evelyn ...―la voz falló, le parecía imposible atenuar las emociones que invadían su cuerpo.

―Buenos días, Mati ―dijo ella, mirándola fijamente a los ojos, casi sin respiración como siempre sucedía.

―¿Podemos hablar unos minutos?―preguntó Mati , y Evelyn abrió la boca para responderle, pero la voz de Elsa interrumpió una posible conversación entre ellas.

―Eve, ¿te gusta mi sombrero?

Sin saber exactamente por qué, el corazón de Mati se encogió al escuchar aquella voz. Aunque Evelyn estuviera acompañada por una de las mujeres más bonitas que Mati pensaba haber visto, los ojos castaños que tenía delante parecían centrados en ella.

Con una ligera vacilación, Mati balanceó la cabeza y retrocedió dos pasos.

―Por lo visto no pierdes el tiempo―dijo Mati―Con permiso―dicho eso, dio media vuelta y desapareció entre los transeúntes.

―No he entendido nada. ¿Qué ha querido decir con "no pierdes el tiempo"?―preguntó Elsa

―No sé ni me interesa―murmuró Evelyn―Y por favor, no me llames Eve. Sabes que detesto que me llamen así.

―¡Vaya! Ha bastado ver a la princesita y tu humor de perros volver inmediatamente, ¿eh?

―Te espero en el carruaje―dijo ella, mirando con cara fea a la amiga mientras se apartaba.

Al otro lado de la calle, Mati aceleraba los pasos y en pocos minutos llegó a su casa. Se fue derecha a su habitación, sintiendo una angustia manifestándose en su pecho al caer en la cuenta de que tal vez Evelyn la detestase. Era el arrepentimiento, en su forma más cruel, lo que le apretaba el cuello con fuerza y sin clemencia. Al borde de las lágrimas, le mandó un recado a Mary a través de una criada, y poco tiempo después, su mejor amiga apareció.

―¿Qué ha pasado, Mati ?

Con sus hombros caídos y el ánimo abatido, Mati abrazó a la amiga durante largos segundos, y tras soltarla, se encogió en la cama.

―Esta mañana me he encontrado a Evelyn cerca del mercado―empezó a hablar, con un nudo en la garganta―Estaba acompañada de una mujer muy bonita. En realidad, era hermosa.

―¿Y piensas que existe algo entre ellas?

―No sé, Mary. Parecían íntimas. ¡Esa mujer la llamó Gina!

Dejando escapar una sonrisa, Mary se sentó a su lado y tomó sus manos con firmeza.

―Estás celosa, ¿no?

❤️ Lo Que La Vida Me Robó Evelyn y Mati 💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora