EXTRA: Alcoholizado

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La puerta se abrió de golpe, la noche de tragos había culminado, el alcohol en su sangre había desdibujado sus sentidos, pero el deseo era claro. Solo pensaba en él, en el chico por el que lo había dejado todo atrás, en esa mirada que lo hacía casi temblar del deseo. La noche entre tragos había salido tras un pretexto sin sentido, pero ahora solo quería sentir su piel, besar sus labios, perderse entre sus ojos y evidentemente también entre sus piernas. Esas piernas en las que podría pasarse la vida enredado.

Con paso inestable se dirigió a las escaleras, los latidos de su corazón haciendo estragos ante la urgencia de saciar las ganas.

En poco tiempo ya se encontraba abriendo la puerta de la habitación de Jin, se detuvo un momento a observar la figura que se encontraba envuelta entre las sábanas. Desde su posición solo podía ver parte de la espalda alta y la mata de cabellos rubios.

Se acercó y después de remover suavemente el cabello de Jin, quitó el edredón y su borrachera casi se esfuma por completo al dejar a la vista el pequeño short que llevaba puesto su acompañante esa madrugada. En la parte superior llevaba una camiseta básica, pero esta se encontraba un poco desprolijidad por lo que parte de su cintura estaba al descubierto.

Terminó de levantar la camiseta hasta un poco más abajo del pecho del rubio, faltaba muy poco para dejar entrever los pezones de este.

Se quitó los zapatos junto con las medias y empezó a desabotonar su camisa con desespero. Jin no parecía haberse percatado de su presencia aún, pues todavía conservaba la calma de su respiración al encontrarse profundamente dormido. 

Subió a la cama, pegó su pecho a la espalda del rubio y dejó un corto beso en la mejilla que tenía más cerca.

—Jinnie. —le susurró al oído a la par que le dejaba una larga caricia desde la cintura descubierta hasta inicios de la pantorrilla, deteniéndose por un corto momento en las estrechas caderas cubiertas con ese trocito de tela que lo estaba volviendo loco.

Jin se removió un poco y rascando uno de sus ojos con su puño cerrado, giró la cabeza un poco para asegurarse de que esas manos que lo tocaban sin pudor pertenecían a quien se imaginaba.

—Jonnie... ¿Ya amaneció? —susurró con voz inestable y un poco ronca.

—Gracias al cielo aún no —Besó el hombro del chico—. Tengo muchas ganas de ti, mi preciosa florecita, ¿qué me vas a dejar hacer? —preguntó con una sonrisa ya sabiendo de antemano la respuesta que recibiría.

—Lo que quieras, Jonnie —y una suave risita escapó de sus rechonchos labios.

El moreno se posó encima del cuerpo contrario y dirigió dos ataque de besos, uno brusco hacia los labios rojos y otro delicado y paciente hacia las mejillas y de vez en cuando a la naríz de botón.

Se puso de rodillas en medio de las piernas de su rubio y dejó escuchar el ruido desesperado de su cinturón siendo desabrochado y su cremallera siendo bajada. Terminó de quitar su camisa a medio desabrochar, dejando todo su torso desnudo y a la vista de un chico que aún no era capaz de  mirarlo de esa forma sin sentir que la vergüenza se lo tragaba por completo.

El moreno se inclinó hacia adelante dejando un beso en los labios del rubio, antes de darle la vuelta hábilmente, dejándolo en la comprometedora posición de estar sobre sus manos y sus rodillas.

—Adoro ver tus ojos, pero también adoro verte así, mi vida —dijo y estrujó con ambas manos las nalgas de Jin aún cubiertas por el short de seda azúl celeste.

Tomó al short desde el elástico y lo atrajo hacia abajo, dejándolo al inicio de las rodillas de Jin solo para apreciar por un momento la vista de su trasero completamente descubierto al no haber otra prenda que se interpusiera en su camino.

Caja De Cristal   |Namjin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora