El cadáver del novio
Todo el mundo conocía un cielo y un infierno, pero qué pasa con el punto medio, no solo puede haber blanco y negro, somos tonalidades de mil colores.
Las leyendas cuentan que las personas con grietas, sin gozo, sin felicidad, o inconformes con la vida que recibieron se quedan en un punto medio, donde no se irán hasta conseguir un poco de lo anhelado que pudiera tener en vida, se quedaban anclados a alguien, o incluso a algo.
Regulus probablemente se hubiera reído de estas tontas ideas, más el, que sería que tenía toda la vida hecha un sueño, pronto se casaría, portaría un lindo anillo, y sería una de las personas más feliz que su familia pudiera tener, pero quien dice que la misma persona que te ama puede destruirte hasta quedar hecho polvo, en su caso sólo quedó de él un cuerpo sin vida a base de ilusiones y promesas nunca realizadas.
Antes de eso él creía en la adrenalina del momento, en lo prohibido y en lo puro, él simplemente podía incluso vender su propia alma por el hombre que amaba, que creía que era el amor de su vida
Aquel viejo árbol de un hermoso prado se encontraba atado el alma de un joven enamorado, ese mismo árbol donde esperaba con blanco al amor, a invitados, a una ceremonia jamás hecha. Ahora solo está esperando ser algún día que alguien se enamorase de él, pero quien se enamorara de una simple alma en pena... de alguien que ni siquiera está en mundo terrenal.
Si nadie fue capaz de amarlo como para guardarle lealtad, como cumplirían esa promesa si ahora solo es algo muerto.
Porque siempre fue el enamorado, pero nunca de la persona de la cual se enamoraban.
¿Pero alguien con el corazón roto está vivo?, fue lo que pensó justo antes, cuando lo traicionaron, cuando rogó por amor, por una pizca de amor, para minutos después solo ver oscuridad, donde tardó meses sin darse cuenta que estaba muerto.
Regulus podía observar todo, pero nadie lo observaba a él, nadie se detenía a pensar en su presencia, mucho menos cuando este lleva años siendo solo una leyenda, tal como de las que se reía, su leyenda se basaba en que, si pedías a ese hombre que murió por amor encontrar o desear buena suerte en un matrimonio él lo haría, ya que daría la felicidad que él nunca recibió en su vida.
Veía a personas a diario, pero también veía como eran infieles o solo dejaban de creer en el amor, incluso cuando algunos como el soñaban con vivir uno similar.
Cada momento de soledad que vivía sentía como perdía aún más la cordura y aquella oscuridad que la consumió solo se hacía muchos más grande, un corazón roto que ya ni siquiera latía, dolía como el mayor infierno posible, solo era frustración, arrepentimiento y venganza por un hombre que ni siquiera podía recordar cómo era cuando se había enamorado.
Porque la vida le había traído eso, solo pudo escuchar los gritos de su hermano, que incluso podía jurar que los mismísimos dioses habían oído, no solo había perdido a su amado y haber sido traicionado, sino que provocó un dolor aún más grande a la única persona que sentía que de verdad lo había amado, Sirius.
No encontraron su cuerpo sin vida hasta poco después de una semana, vestido de blanco pero con una gran mancha roja cubriéndole la mitad de pecho, y solo una simple apuñalada en el lado izquierdo, justo donde se encontraba parte del corazón, el pequeño cuchillo era envuelto por su propia mano haciéndolo parecer un suicidio donde por un corazón roto se había quitado la vida, que gran estupidez, aunque su cuerpo se encontraba en otra parte su propia alma estaba atada ahí, hasta la infinidad, o hasta que alguien fuera realmente estúpido como para amarlo.
Cada día la leyenda iba desapareciendo con la eternidad que pasaban los días, solo unas cuantas personas quedaban con ese recuerdo, mientras más lo olvidaban.
No fue hasta un día que se iba asomando el alba de un cansado y monótono día para Regulus que se escuchaban pasos y una voz muy dulce, aunque masculina, podía notar el nerviosismo de aquella voz, pensó que sería algún borracho, u otra persona llegando a pedir suerte, estúpidos, solo le daba pena escuchar como otros iban a desaprovechar su vida jurando amor para después traicionarlo, pero por alguna extraña razón creía todo diferente.
El joven de piel bronceada, alto, de lentes y cabello castaño dejó un suave anillo en una de las raíces del árbol mientras pedía suerte con la boda de su amada, el anillo se lo dejo como recompensa, algo que jamás alguien había hecho, por ende, no sabía la consecuencia de lo que hacía.
Regulus se quedó inmóvil, pensando en qué hacer con tal acto por el joven de lentes, no fue capaz de entender que había pasado hasta que aquel hombre abrió los ojos y lo vio, luego soltó un grito claro, pero era la primera persona que lo miraba como si realmente hubiera alguien ahí y no algo en el aire, no fue consciente hasta ese momento que se dio cuenta del peso extra que tenía en uno de sus dedos, era el anillo que hace unos momentos había puesto sobre aquel árbol.
James al darse cuenta que la mirada del joven que acababa de aparecer estaba fijada en sus manos, noto que el anillo que sería para su futura esposa, ahora estaba en las finas manos del él.
- ¿Como y cuando quitaste ese anillo del árbol? - dijo James con una clase de incertidumbre, y enojo por que alguien más tenía el anillo de la que se supondría sería su futura esposa -Dame eso ya, no te pertenece- dijo mientras intentaba agarrar la mano de Regulus.
En un intento desesperado de Regulus por conseguir un poco de lo que había perdido, que alguien más lo viera solo pudo detenerlo sin pararse a pensar que lo había tocado.
- ¿Espera, ¿puedes verme? – Regulus solo pudo mirar esos ojos cafés con un ápice de esperanza que creyó perdida en años.
Saudade: Es la presencia de la ausencia. El anhelo de algo o alguien que recordamos con cariño, pero que sabemos que será difícil volver a experimentar. Un profundo estado emocional que mezclada con los afectos para dejarnos el sabor agridulce de lo que nunca llegará, aunque mantengamos la esperanza.
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Relatos / Jegulus
FanficRelatos cortos sobre la pareja de Regulus Black y James Potter. posibles relatos Wolfstar La foto no es mía, créditos a quien corresponda (Pinterest) Los personajes pertenecen a la escritora J. K. Rowling