Sana había comenzado a perder la esperanza en el amor. Rodeada por la felicidad de sus amigas y con Momo y Nayeon, quienes pronto darían el paso hacia el altar, Sana se sentía más sola que nunca, como si el amor estuviera destinado a esquivarla.
Sin...
Debía sentirse ridícula definitivamente. Ya había perdido la cuenta de las veces que había llorado desde que inició el fin de semana, si mal no recordaba sería la quinta. Dejo de prestar atención a la película desde hace mucho tiempo, permanecía tumbada sobre su cama observando el techo de su habitación mientras las lágrimas salían sin esfuerzo alguno, ya no quería llorar, le molestaba que algunas de las lágrimas rodaban justo dentro de su oreja.
Sana se incorporó lentamente decidida a dejar de llorar y entonces vio de nuevo sobre su mesita de noche aquella invitación y no pudo evitar aquel puchero que hizo temblar sus labios. Su mejor amiga Momo se casaría pronto, y no, no la malinterpreten, está muy feliz por su mejor amiga. Momo era prácticamente como su hermana, pero no podía evitar sentir envida y algo de celos. Primero fue Mina, ni ella ni Momo lo podían creer, del trio era la que creían menos probable que se casara, pero para sorpresa de todos Chaeyoung no dudo en convertirla en su esposa. Sana jamás pensó que eso sucedería cuando las presento. Chaeyoung era una compañera de trabajo y Sana siendo el ser sociable y alegre que es no dudo en convertirla en su amiga y cuanto más la conocía no dudaba que podría llevarse increíble con Momo y Mina, y no se equivocó, pero jamás pensó que un año después estaría asistiendo a la boda de Mina y Chaeyoung. De eso ya habían pasado tres años.
Y el día que hizo que Momo conociera a su jefa Im Nayeon, jamás pensó que estaría viviendo este presente, en el que están por casarse después de dos años de noviazgo, si a Sana le hubiesen dicho dos años atrás que Momo y su jefa se casarían se hubiera burlado del pobre idiota que pensara eso, principalmente porque fue difícil presentarlas, pese a que Im no era especialmente introvertida sí que era algo reservada y poco a poco la convirtió en su amiga, el problema fue combinar sus círculos sociales. Lamentablemente aquel choque cultural sobre los grupos de amigos era extraño, pero la química extraña de ese par fue innegable en cuanto comenzaron a profundizar en aquella amistad.
Sana sí que se sorprendió el día que se dio cuenta que Momo y Nayeon se habían estado viendo y hablando por si solas. Pero de inmediato pensó que lo había hecho una vez más, había logrado que su amiga encontrara el amor. Pero ahora que estaban por casarse no podía evitar pensar en su situación, habían pasado años de su última pseudo relación y ella era una romántica sin remedio, y haber sido parte de las perfectas relaciones de sus amigas había sido una enorme satisfacción, pero ¿cuándo le sucedería a ella? Simplemente le hacían sentir que el amor no era real, o al menos que no era para todos.
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— ¿Sana?
Al fin reacciono levantando su vista hacia sus amigas.
— ¿Que pasa?
Mina y Momo se regalaron una breve mirada llena de preocupación para luego ver a Sana con la misma preocupación.
— Eso es lo que quisiéramos saber, tiene los últimos 20 minutos fuera de la conversación... —hablo Momo.
