Febrero 2006. Italia-Roma.
Después de dejar todo en Alemania, dejar nuestras vidas, ahora tendríamos una vida completamente diferente, la casa estaba vendida, los muebles todo estaba fuera de casa. Molly se quedó con Sarae, cuidaría de ella, pues no quería traerla, seria muy difícil cargar con ella.
El avion apunto de aterrizar en la larga pista del aeropuerto, a punto de pisar una nueva vida.
El avion aterrizó, sujete a Eli con la fuerza suficiente para sostenerla, camine directo a la compuerta, a paso lento pero seguro de todo. Seguro de que tendríamos una vida digna, seguro de que daría todo por Eli...todo por mi pequeña Eli, seguro de que nada se interpondrá en mi camino...
La nostalgia me invadio por completo al pisar el suelo de mi nueva vida, avance a la salida del aeropuerto con miedo, pero eso no me detuvo, seguí hasta salir, busque con la mirada a la señora Gretta quien me esperaría fuera del aeropuerto. Supongo que la señora Gretta es una persona ocupada, y me hace bien saber que iso un espacio para venir por mi.
Una mujer se acerca a mí, con porte elegante, con un poco de edad...45, 48 años, la ropa de un precio elevado, original, falda larga color negro, una camisa de manga larga y con cuello en la parte de arriba, un moño en la camisa, botas negras de cuero, un sombrero un poco inclinado que lleva en la cabeza, por último guantes del mismo cuero que las botas y una sombrilla...jamás en mi vida vi a una mujer tan original, tan única.
- ¿Bill kaulitz? - se detuvo en frente de mi.
- ¿Si? - Alce un poco la ceja. Ver a alguien tan adinerado después de tanto tiempo me pone nervioso.
- ¿Si? ¿Tu eres el joven Bill kaulitz? - volvió a preguntar.
- Si, yo soy Bill... - estire la mano - Bill kaulitz - me sujeto la mano como saludo cálido. Me miro de los pies, empezó a subir un poco la cabeza hasta llegar a mis manos.
- Sarae no me dijo que tenias una ¿bebe? - soltó mi mano. Estiro la cabeza para poder ver a Eli, yo destape un poco su cabezita para que pudiera apreciarla. - Es hermosa, ¿tiene nombre? - me miró a los ojos. Desde que llegó, al hablar tenía que mirarme a los ojos, como una especie de costumbre para ella tener que mirar a los ojos cada vez que tenía que conversar.
- Si - moví la cabeza - Elizabeth kaulitz - conteste.
- Es hermoso. - jugueteo con ella por unos cuantos segundos. - Bien, tenemos que irnos. Tus maletas están en el auto. - Un hombre, casi tan alto como yo habrio la puerta. - sube... - ordeno. Yo obedeci y subi.
Suspire pesadamente, pues todo fue tan rápido.
- Lo siento. - la señora Gretta habló. - soy la señora Gretta. Discúlpame, tengo un poco de prisa, ese es el motivo por el cual no me presente correctamente.
- Yo soy el que tiene que disculparse por hacer que tenga una carga más. Sarae me dijo su nombre, por cierto, es muy bonito.
- Ninguna molestia, se que vienes por la escuela de modelaje ¿no es así? - Acenti - me encanta la moda. Yo encantada de ayudarte a cumplir tu sueño de ser un modelo profecional.
- Gracias señorita Gretta.
- Nada que agradecer. Para ti ahora soy la tía Gretta. Sarae me dijo que tú eras como el hermano que jamas tuvo, para mi es muy importante que Sarae este contenta, y si a ti te considera su hermano, para mí tu ya eres parte de mi familia. - sorprendido quedé con las palabras que la señora Gretta acaba de decir, pues la confianza no se gana de un día para otro. - De una vez te digo, si tu traicionas la confianza que te acabo de dar, te olvidas de vivir bajo el techo que te daré. ¿Lo entiendes?.
