Vorágine (Sterek)

Reclamo

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Llegaron a duras penas al apartamento de Stiles, entrando por la puerta a trompicones, apenas acordandose de cerrar la puerta, mientras se arrancaban cuánta prenda hubiera en el camino.

Derek ahora conocía este apartamento como la palma de su mano, y había marcado secretamente con su esencia cada rincón de la casa, haciendo énfasis en la habitación de Stiles...

Continuaron besandose ferozmente, mientras Derek traía cargado a Stiles de los glúteos, cuyas piernas se enredaban alrededor de su cintura. Y Oh Dios... Esto era todo lo que había soñado y más durante meses...

Meses para llegar aquí...

Estaba tan duro como un maldito diamante, y lo único que quería era enterrarse en las profundidades de ese hermoso culo apretado, que ahora podía apreciar a gusto

Lo llevo a la cama sin pensar.

Rompió los últimos trozos de tela que se interponían entre ambos, para lamer cada centímetro de piel blanca salpicada de deliciosos lunares.

Stiles gimió, cuando Derek lo tomo de las rodillas y abrió sus piernas para revelar más carne y piel.

El humano estaba sonrojado hasta el cuello.

—No... Yo nunca--- ah...- protestó levemente

Pero sus quejas fueron ahogadas en más gemidos, cuando la boca de Derek devoró la hermosa polla sonrojada, casi hasta la base de una sola mamada.

El retumbar de su pecho, muy similar al sonido de un ronroneo de placer, sorprendió a Stiles que tenía ambas manos en el cabello de Derek.

Estaba perdido en el éxtasis de su sabor, hoy era el día, en el que iba a reclamarlo, en el que sería suyo para siempre. Suyo y de nadie más.

A la mierda con el mundo, le compraría lo que quisiera, le daría todo, si nunca se fuera de su maldita cama.

Lo llevó hasta el punto más alto del orgasmo, con su boca, y con ambas manos no le permitió cerrar sus piernas, mientras ahora probaba su perfecto agujeros apretado, apuñalandolo con su lengua, agregando esporádicamente dedos, asegurándose de que estuviera lo suficientemente lubricado con toda la saliba que pudiera producir, hasta sentirse apenas satisfecho.

—¡Espera!... ¡A-Ahí no!... ¡Oh Dios!.- las protestas se volvieron balbuceos sin sentido

Derek volvió a subir por su cuerpo, repartiendo mordiscos posesivos, besos y lamidas en sus pezones.

Stiles se derretía en cada roce, mientras sujetaba fuertemente el edredón con su mano

Derek alcanzó el lubricante que sabía que Stiles tenía en mesa de noche junto a la cama, mientras lo besaba nuevamente, asegurándose de que su pequeño compañero le devolviera el mismo entusiasmo, a sus caricias con la lengua.

Se lubricó la polla, sin la necesidad de despegarse de los labios de su pareja y se hundió en él sin ningún tipo de aviso

Los ojos de Stiles se abrieron de par a par, mientras su espalda se arqueaba fuera de la cama y su boca se abría en un gemido largo parecido a un maullido.

Claramente no se lo había esperado, así que sus dedos se enterraron en la carne de la espalda de Derek, dejando deliciosas marcas que desaparecerían en cuestión de segundos.

Las lágrimas se derramaban de los ojos de Stiles, que en un principio, sintió un dolor punzante, pese a la preparación y atención que Derek le había dado.