Sobreviviendo a la vida adulta (Jenlisa & Chaesoo) [En Pasusa]

III: Sorpresa

Jennie estaba saliendo del edificio, tenía planeado pasar a ver a su padre a petición del mismo, ir a comprar algo para comer e irse a casa con Jisoo. Una persona más alta que ella la abrazó por la espalda, haciendo que Jennie se asustara un poco.

— ¡Suéltame, suéltame, enfermo! – Dijo casi gritando mientras le daba pequeños golpes. El tipo sólo comenzó a reírse y la soltó, Jennie quería huir, pero vio bien a la persona que tenía enfrente. – ¡Kai! – Dijo con una sonrisa, frunciendo el ceño después de muy pocos segundos. – ¡Tonto! ¿Por qué haces eso? ¡Estuve a nada de clavarte una pluma en el brazo.

— Lo siento, lo siento, – aún reía, no era la reacción que esperaba por parte de Jennie, pero aún así fue muy gracioso para él – Nayeon me dijo que hoy vendrías, entonces te esperé aquí mientras salías.

— ¿¡Y era necesario tomarme así!?

— Sólo le quería hacer una pequeña bromita a mi novia, te lo compensare llevándote a comer.

Kai no lo tuvo que decir dos veces, Jennie acepto sin dudarlo ni un poco.

— Llamaré a Jisoo para que no se preocupe, no tardó.

Jisoo seguía en casa, estaba sentada frente a su mesita de centro en la sala, miraba con detalle los macarrones que su nueva vecina le había dado antes, era lindo que alguien más tuviera la costumbre de regalar algo a los vecinos aún estando fuera de Corea. Sus pensamientos estaban tan centrados en los macarrones y el recuerdo del rostro de la chica que no escucho que su teléfono sonaba.

— Oh, no contesta, le mandaré un mensaje, después lo verá. ¿Nos vamos? – Kai asintió y tomó la mano de su novia.

Mientras caminaban, Jennie no dejaba de hablar con Kai sobre cosas raras. Jennie hablaba de las estupideces que le pasaban y Kai sólo escuchaba y se reía de una que otra cosa que decía. Cuando llegaron al restaurante favorito de Jennie, la cosa no cambió mucho, sólo comenzó a quejarse de lo mal que le estaba yendo desde que la echaron.

— Y por eso creo que el universo está en mi contra, es difícil ser adulto –. Dijo haciendo un puchero. Kai sólo se rió de ella. – ¡Oye! No te burles.

— Imposible, tu vida parece una tragicomedia últimamente, te pasan cosas tan absurdas y extrañas, me sorprende que tú y Jisoo sigan vivas después de la comida china de dudosa calidad.

— Comida era comida, además, fue un regalo de Nayeon, obvio no lo tirariamos.

— ¿Pero tenerlo en el refrigerador por una semana?, al menos la debieron de congelar.

— No lo habíamos pensado antes.

Kai soltó una risa burlona.

— Nada de eso les habría pasado si desde un inicio te hubieras ido a vivir conmigo.

— Jisoo me había dado la idea de ir contigo, pero después recordó que le caes mal y se arrepintió –. Kai rió un poco. – No entiendo porqué le caes tan mal a mis amigas.

Kai no dijo nada, no tenía idea de que las amigas de su novia lo odiaban de esa manera, sabía sobre Jisoo, él y ella jamás se habían llevado bien, pero ¿Las demás?

Siguieron comiendo mientras conversaban y se hacían bromas mutuamente.

Una vez que terminaron, Kai pagó la cuenta y salió junto a Jennie del local.

— ¿Te acompaño a casa? – Jennie asintió rápidamente mié tras tomaba la mano de su novio.

— ¡Me encantaría!, pero primero pasaré a casa de mis padres, papá dijo que quería verme.

— En ese caso, te llevare a casa de tus padres y después iré al trabajo –. Jennie asintió mientras sonreía, le parecía un trato muy justo.

Todo el camino fueron tomados de la mano pero esta vez en silencio, Jennie ya no tenía mucho que contar y Kai realmente no hablaba demasiado.

Cuando llegaron se despidieron y Jennie entró a casa de sus padres.

Lo único que el señor Kim quería era que saber como estaba su hija, y de paso darle dinero y un poco de comida tradicional Coreana que él mismo había preparado.

Jennie estuvo un par de horas más ahí hasta que tuvo que regresar, no quería encontrarse con su madre.