II: Conseguir trabajo.

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Habían pasado dos semanas desde que Jisoo había dejado que Jennie se quedara en su casa y no era como ella esperaba.

Jennie se dormía y despertaba muy tarde, tardaba mucho en bañarse, hacía demasiado ruido, no había salido ni una sola vez a buscar trabajo y, además de todo eso, no ayudaba con la limpieza del departamento.

La mayor regreso a casa después del trabajo, notando la gran montaña de trastes sucios, trastes que Jennie había prometido limpiar antes de que ella llegara.

Jisoo entró a la habitación de su amiga sin previo aviso, encendiendo la luz y viendo que la menor estaba dormida.

— ¡Kim Jennie! – Gritó una vez entro a la habitación.

— Hey, hey, hey ¿Por qué me gritas? ¿Qué pasa?

— Lo que pasa es que no has hecho absolutamente nada de lo que prometiste, – dijo con notoria molestia - ni un maldito favor pudiste hacerme hoy, ¿Por qué sigues prometiendo cosas si no las vas a cumplir? – Jennie miró a su amiga, hizo un puchero y comenzó a llorar. – No, no, no llores –. Se recostó a un lado de su amiga y se dejó abrazar por la misma.

— Pero no me tienes que regañar~ – Jisoo la miró estando seria. – Bueno, tal vez sí –. La mayor de las amigas soltó una ligera risa. – De todos modos, Nayeon me ayudo a agendar una entrevista de trabajo, dojo que será un bufete para personas con poca o nula experiencia.

—Espero que te vaya muy bien, me tienes que ayudar a pagar luz, agua, gas, intern--

— Sí, sí, sí, sí ya entendí, ya entendí –. Interrumpió lo que Jisoo decía, poniendo uno de sus dedos en los labios de su amiga. – No tienes que recordarmelo, bonita.

— ¿Mi amiga heterosexual me está coqueteando?

— Eres una idiota –. Se levantó y lanzó una almohada al rostro de su amiga.

Al día siguiente Jennie se levantó temprano, se aseguró de que todos los papeles que Nayeon le había dicho estuvieran en orden y completos.

— ¿Llevas todo? – Preguntó Jisoo, se sentía como una madre preocupada por el examen de admisión a la universidad, aunque no tenía casi nada que ver.

— Sí, llevo todo – Dijo feliz.

— Ve con cuidado, ¿está bien? – La menor asintió.

Cuando salió del departamento, chocó con una chica que, aparentemente, recién se estaba mudando al edificio.

— Oh, lo siento –. Jennie se disculpó amablemente mientras la miraba.

— Fíjate por donde caminas –. Respondió esa chica.

Jennie hizo un puchero y siguió su camino, no sabía el porqué me habían hablado así pero tampoco quería perder tiempo peleando con alguien que apenas se había mudado.

Decidió ir caminando, no estaba muy lejos y además no tenía dinero, por alguna razón, el dinero que le dio su padre cuando fue a recoger sus cosas, se había terminado y aún no se explicaba el porqué.

Llegó a la entrevista en poco tiempo y justoo cinco minutos antes, tomo asiento y espero a que la llamarán.

La espera estaba siendo muy aburrida y ella estaba muy ansiosa, le quería demostrar a su madre que realmente era capaz de cuidarse sola... o algo así.

— Kim Jennie –. Dijo una señorita muy bien parecida.

Jennie se levantó rápidamente al escuchar su nombre, entrando a la habitación en donde sería entrevistada.

La entrevista comenzó y Jennie estaba muy nerviosa, no sabía muy bien lo que decía, sólo observaba que la señorita negaba ligeramente mientras miraba su pequeño cuaderno, el cual jennie estaba segura que eran dibujos.

— Bien, con esto basta. Nosotros te llamamos, puedes irte.

Jennie suspiro bajito, asintió, se levantó y salió del lugar, sabía lo que significaba eso. La habían rechazado.

Jisoo estaba disfrutando su día libre, estaba probando la nueva pantalla que sus padres le habían dado como regalo por haberse independizado y decidir hacer algo con su vida sin que ellos se lo pidieran.

El timbre sonó y ella salió a ver quien era. Al abrir la puerta se encontró con una chica rubia y un poco más alta que Jisoo, aquella chica tenía una cajita llena de macarrones y sonreía con amabilidad.

— ¿Tú eres..? - Dijo Jisoo sintiendo curiosidad por ella.

— Park Roseanne, me acabo de mudar ¡Mucho gusto! – Dijo manteniendo su sonrisa. – Ten, estos son para ti – entregó una de las muchas bolsitas que aún tenía que entregar – ¡Espero nos podamos llevar muy bien!

— ¡Espero lo mismo!

Rosé se despidió y siguió con su misión: entregar todos los macarrones a los vecinos del mismo piso. Jisoo entró de nuevo y cerró la puerta poniendo una mano en su pecho, dando pequeños golpes sobre el mismo.

Sobreviviendo a la vida adulta (Jenlisa & Chaesoo) [En Pasusa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora