01. And the world thought I had it all. But I was waiting for you.
—Bradley.
Acomodé mi cabello castaño frente al espejo, observando detenidamente mi rostro. Estaba hecho un desastre, era la pura realidad.
Tenía varios raspones que no terminaban de sanar alrededor de mi cara. Algunos en las mejillas, uno en la ceja, brazos y otros en la mandíbula. Mi ojo izquierdo seguía morado por culpa del tonto señor Goofy.
Sonreí, mostrando los dientes, y comprobé que la prótesis de mi diente estuviera en su lugar. Aunque era una fija con implante y era imposible que se moviera, sentía la necesidad de chequearla.
Nada podía estar fuera de lugar, incluso si era... solo para ser el chico de las toallas.
Rodé los ojos, sintiendo un nudo de amargura en mi pecho.
Todavía recuerdo cuando estuve tan cerca de la meta, a unos pasos, a unos escasos centímetros, pero por más que me esforcé, a pesar de que mi cuerpo había sobrepasado su límite y que me dolieran los pies, Max me ganó con su tonto skateboard.
La imagen de su rostro triunfante mientras cruzaba la línea de meta me atormentaba día y noche. El odio que sentía hacia él no podía describirse con palabras. Su sonrisa de victoria, la manera en que alzó los brazos en señal de triunfo, todo me revolvía el estómago de la peor manera posible.
Todo el esfuerzo que había invertido durante dos años para consolidarme como el mejor, basándome únicamente en mis propios logros, se desvaneció de la noche a la mañana.
Los Gammas, quienes creí que eran mis amigos, resultaron ser simples compañeros que me abandonaron en cuanto dejé de ser relevante para todos.
Ahora, la atención que tanto me había costado obtener de manera legítima, estaba completamente centrada en Max. Max Goof.
¡Maldita sea!
La amargura y la humillación se convirtieron en mis compañeras constantes desde aquel fatídico día. Los novatos, ignorantes que no comprendían nada, se deleitaban en burlarse de mí, otorgándome el despectivo apodo de "el chico de las toallas", que resonaba como un eco constante en los rincones más oscuros de mi mente.
Ya fuera en el vestuario, en la pista o en los pasillos de la universidad, sus risas crueles me perseguían como un fantasma del pasado, recordándome mi vergonzoso fracaso una y otra vez.
Y en medio de todo ese tormento, estaba Max, con su mirada burlona y su arrogancia desbordante, como si fuera el dueño absoluto del puto universo solo porque ganó una competencia ridícula.
ESTÁS LEYENDO
La revancha | Max & Bradley.
FanfictionTras una humillante derrota, Bradley provoca un accidente que lesiona a Max, llevándolo a una inesperada victoria y a una relación cargada de culpa y sentimientos confusos. *** - 𝐅𝐀𝐍𝐅𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 𝐚𝐧 𝐞�...