ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ

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Dedicado a RQmoriras

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Donde se Renueva
La Gran Guerra

LA BATALLA DEL REY DE LAS PESADILLAS comenzo una noche de Luna hace mucho tiempo. En el tranquilo pueblo de Tanglewood, un niñito y su hermana pequeña se despertaron de un respingo. Como casi todos los niños (y algunos adultos antes o después), tenían miedo a la oscuridad. Los dos se incorporaron lentamente en la cama, aferrándose al edredón que les rodeaba como un escudo. Demasiado asustado para levantarse a encender una vela, el niño abrió las cortinas y miro por la ventana en busca de la única luz que podía verse durante aquellas noches de antaño: la Luna. Allí estaba, llena y brillante. En ese momento, una joven luz de Luna se lanzó desde el cielo a través de la ventana. Como todas las luces, tenían una misión: 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑛𝑖𝑛̃𝑜𝑠.

La luz de Luna brilló con todas sus fuerzas, y pareció sosegar a los dos niños. Uno a uno, suspiraron adormilados y volvieron a tumbarse. En poco tiempo estaban durmiendo de nuevo. La luz de la Luna escudriñó la habitación. Todo estaba a salvó. Aparte de sombras, no había nada. Pero la luz sintió algo más allá de la habitación, más allá de la cabaña. En alguna parte, algo no iba bien. La luz rebotó en un pequeño espejo de cristal sobre la cómoda de los niños y salió por la ventana.

Centelleó a su paso por el pueblo, después por el bosque de pinos y abetos, par paseando de carambano en carambano. Fue asustando a murciélagos y sorprendiendo a búhos mientras recorría el viejo camino indio, que estaba cubierto de nieve. El camino la condujo hasta la zona más oscura de las profundidades del bosque, un lugar temido por los moradores de la región, que casi nunca se aventuraban hasta allí. Como un reflector,
la luz se abalanzó hacia la oscuridad hasta que encontró una cueva.

Unas rocas extrañas, rizadas como cera derretida, enmarcaba la entrada, que parecía un bostezo. La cueva estaba repleta de sombras que parecían respirar como seres vivos. La luz de Luna titubeó. En ninguno de sus viajes avia visto algo de yan mal augurio.

Entonces, sin saber si activa por Valencia o insensatez, se lanzó tras las sombras al interior de la fosa. La oscuridad parecía no acabarse nunca. Al final, la luz llegó a una Laguna. Las aguas negras y estancadas reflejaban su brillo, iluminando tenuemente la cueva. Y allí mismo, en el centro de la Laguna, se alzaba una figura gigante. Era densa y oscura que las sombras que la rodeaban. Inmóvil como una estatua, llevaba una capa entonada como un rezumadero de petróleo. La luz de la Luna examinó lenta y cautelosamente aquella figura. Cuando llegó a sus ojos, ¡se abrieron! ¡La figura estaba despierta!

Las sombras empezaron a retorcer se a sus pies, llenando el aire con su grave zumbido. Crecieron hasta que se estrellaron contra las paredes de la cueva como las olas que chocan contra un embarcadero irregular. ¡Pero no eran sombras en absoluto! Eran criaturas, criaturas que ningún niño o mensajero de la Luna habían visto desde hacía siglos. Y la luz de Luna comprendió enseguida que estaba rodeada de temores de las pesadillas, ¡los esclavos del rey de las pesadillas!

La luz de Luna Palidejo y vaciló. Quizá debería darse por vencida y volver corriendo a la Luna. De haberlo echo, nadie habria perdido contar esta historia. Pero la luz de Luna no se marchó. Al acercarse un poco más comprendió que la fantasmal figura era la que todas las luces de Luna aprendían a temer: ¡era sombre, el rey de las pesadillas! Su corazón estaba atravesado por una saga Diamantina que lo mantenía clavado a un montículo de mármol negro como el ébano. La luz de Luna se acercó todavia más con cautela, mirando la empuñadura de cristal del arma.

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⏰ Última actualización: Jul 05 ⏰

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𝐍𝐢𝐜𝐨𝐥𝐚𝐬 𝐬𝐚𝐧 𝐧𝐨𝐫𝐭𝐞; ʏ ʟᴀ ʙᴀᴛᴀʟʟᴀ ᴄᴏɴᴛʀᴀ ᴇʟ ʀᴇʏ ᴅᴇ ʟᴀs ᴘᴇsᴀᴅɪʟʟᴀs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora