~Sugar Daddy~

Capítulo V

Por la mañana Kakashi compartía su almuerzo con sus amigos. Todos lucían tranquilos ya que ninguno debía nada referente a las tareas, a comparación de los demás estudiantes a su alrededor que parecían locos por terminar sus trabajos finales.

A pesar de que su grupo de amigos eran los más conocidos por dar fiestas cada viernes, siempre serán los más responsables en términos de estudio o trabajo.

-¿Y qué te dijo tu sugar ayer, Kakashi?- preguntó Kurenai dejando aún lado su topper donde antes había una ensalada cesar.

-Me dió una tarjeta del banco y quiere verme hoy saliendo de la escuela- respondió lo más normal posible, burlándose de las caras que ponían sus amigos.

-¡¿Cuanto te pagó?!- exclamó emocionada Anko.

-Cerca de los cuarenta-

-¿Te dijo para que quiere verte ahora?- preguntó Asuma interesado.

-Para tener sexo, ¿Para que más lo querría?- mencionó con obviedad Gemma.

-En ese caso depilarte todo- argumentó Guy poniendo nervioso y rojo al peli plata.

-¿Qué clase de suposiciones o consejos son esos?- cuestionó Rin con el semblante serio.

-Al menos tu lo entiendes- dijo Kakashi calmando sus nervios por lo que decían sus amigos.

-Es obvio que Kakashi debe preocuparse por vestirse bien- aclaró la castaña mientras señalaba a su amigo.
-¿Llevas lencería bajo esa ropa?-

-¡Rin! Creí que serías la única quien me apoyaría-

-Y lo hago, porque me preocupa que vea tus calzones de perrito y ya no quiera tener sexo contigo- respondió inflando sus mejillas al no sentirse apreciada por brindar apoyo.

-¿Tus calzones tienen dibujitos?- cuestionó Anko, solo para obtener el silencio por parte del mencionado.
-¡No inventes, con eso te dejará! ¡Rin tiene razón, ve a comprar lencería antes que te vayas con él!- gritó.

Los colores se le subieron al rostro nuevamente, ya que con eso estaba seguro que toda la cafetería había escuchado.

-No creo que sea necesario- se interpuso Guy.
-Si el señor está dispuesto a salir con alguien más joven que él, debería aceptar a mi rival tal como es- mencionó con una sonrisa segura, tranquilizando los nervios del peli plata.

-Solo espero que no sea un idiota como tú ex- habló Anko, que al instante se arrepintió de sus palabras.
-Lo siento, no era mi intención volver a tocar el tema-

-Descuida... Creo que ya lo superé-

-Kakashi, deberías dejar a ese imbecil atrás y continuar con tu vida. Por ti y por tu padre- Rin tomó sus manos para hacerle saber que lo apoyaba, está vez enserio.

-Gracias- murmuró con una pequeña sonrisa.

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Obito fue recibido amablemente por la recepcionista, quién lo guió hasta la oficina del presidente de la ciudad para el cual trabajaba.

Agradeció a la señorita quien se ruborizó mientras se marchaba del lugar.

El Uchiha ingresó sin más, solo para apreciar como un pequeño niño de la edad de su sobrino corría en círculos por la oficina.

-Naruto por favor siéntate- y en medio de todo ese caos estaba Namikaze Minato, el presidente tratando de calmar a su hijo imperativo.