Yo no elegí quererte, ni siquiera estabas en mis planes. Después de tantos huracanes vividos lo que menos quería era dejarme envolver, quería ser fuerte, resistir, bloquear cualquiera posibilidad de dejarme atrapar por tu simpleza y la pasión con la que vives la vida.
Ahí estaba yo de nuevo, forzando las puertas, intentando no dejar brechas, sellando paredes e incluso ventanas, quería evitar mirarte, porque sabía que en tus ojos estaba la magia, y en tu mirada mi debilidad.
Ya era demasiado tarde, sin mas ni menos estabas allí. Había un lugar para ti, un amor, una oportunidad, un corazón.
Confieso que no luché lo suficiente porque en el fondo de mi alma te esperaba, te deseaba, te añoraba, pero me costaba aceptarlo, porque cuando decides querer también decides llorar, eso es lo que sucede, lo mas esperado sucede cuando menos lo esperas.
