Dicen que las casualidades no existen, no sé si sea cierto pero a mí me ha pasado algo parecido.
Te había soñado, no eran los sueños mas encantadores y deseados de mi vida, pero estabas tú, te encontraba en las esquinas, en los callejones, en un auto o justo de la nada frente a mí. Yo creía que había conocido la dicha por soñarte, pero lo que no esperaba era encontrarme con tus ojos en la realidad.
Salí como todos los días con mil cosas por hacer, y créeme tú no estabas en mi lista de ese día. Podía tomar el camino de siempre pero, como un deseo de otro mundo llegó a mí la necesidad de cambiar de dirección. Una tarde bastante tranquila, fresca y llena de sonidos fascinantes, avanzaba caminando cuesta arriba a mi lugar de destino.Cuando medio giré mis ojos...
a tan solo dos metros hice como si no te hubiera visto y continuè mi camino algo nerviosa. Cuando dirijiste tus pasos hacia mí y me miraste con la fuerza de tus ojos sentí que mi pecho se acaloraba, no pude evitar sonrojarme, el latir de mi corazón rompió record y solo pude decir "hola".
Creo que notaste la alteración de mis nervios, espero estar equivocada.
Ese día pude sentirte tan cerca, como si de verdad quisieras estar en el mismo lugar que yo, tu manera de hablarme tenía algo especial, no quería que acabara ese momento, pero tendría que ser así.
Hoy espero con ansias otra casualidad, o como quiera que llamen a esos momentos màgicos que podemos vivir en días comunes.
