01

18 7 1
                                    

21 de enero de 1746

Querido diario

Hoy, como muchas noches antes, he escapado de las rigideces de la corte para refugiarme en el único lugar donde siento que puedo respirar sin restricciones: el Bosque Encantado. A pesar de que mis padres me advierten constantemente sobre los peligros que acechan bajo su verde manto, para mí, este lugar es hermoso, un escondite lejos de los deberes que me agobian como príncipe heredero.

Esta noche, sin embargo, algo extraordinario ha ocurrido. Mientras me adentraba en la parte más profunda del bosque, escuché pasos. Inicialmente, pensé que era el viento jugando trucos, o quizás un ciervo, pero no. Era un humano, y no cualquier humano, sino uno que nunca había visto antes... Un lindo humano.

El encuentro fue tan sorpresivo como inquietante. Desde detrás de un antiguo roble, apareció ese joven. Por su vestimenta y su manera de hablar, supe de inmediato que no era de nuestro reino. Se presentó como Jungkook, y su historia era tan fascinante. Dijo haber cruzado un portal mágico, algo que solo creía posible en las leyendas que mi madre me contaba de niño.

Al principio, el miedo me invadió. ¿Cómo podía un completo desconocido haber encontrado su camino a este lugar sagrado? Pero mientras hablábamos, algo en su voz calmó mis temores.

Le pregunté cuál era su flor favorita, un intento tímido de conectar con este extraño de otro mundo. "Las rosas", respondió, "especialmente las rojas." En ese momento, decidí compartir con él un poco de mi propia magia. Con un simple gesto, hice brotar una rosa roja del suelo, fresca y fragante bajo el cielo estrellado. La sorpresa en sus ojos me recordó la maravilla que yo mismo sentí la primera vez que descubrí mi capacidad para conjurar belleza de la nada.

Caminamos juntos bajo la luz de la luna, hablando de cosas triviales y profundas. Jungkook me contó sobre su mundo, tan diferente y, al mismo tiempo, tan similar al mío. Hablamos de esperanzas y sueños, de libertad y de las cadenas que a veces nos atan, sin importar de dónde venimos.

Cuando llegó el momento de despedirnos, sentí una extraña melancolía. Jungkook tenía que volver a su mundo, y yo, al mío.

Me prometió que mañana nos volveríamos a ver, estoy emocionado.

El Diario del Principe (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora