FIN

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Satoru se encontraba curando la nariz que fue golpeada anteriormente por aquello mercenarios.

- Lo siento... - suguru se disculpaba por algo que no había sido su culpa.

- No te disculpes, no tienes la culpa - satoru todo preocupado le colocaba una bolita de algodón dentro de la nariz de geto.

- Pero... si yo hubiera sido más fuerte, nada de esto hubiera ocurrido... - El azabache al parecer de sentía muy triste.

- Oh vamos, ven... - satoru lo abrazo, sabia que suguru quería llorar.

Nadie más te hará daño... te lo prometo.

...

Un años después:

...

Geto se encontraba entrenando artes marciales muy feliz, mientras que Satoru le miraba.

Shoko había traído el desayuno para ambos ya que ni siquiera pasaron por la cocina a pedir algo.

- Chicos vengan a desayunar, es fastidio hacer eso saben? - dejando la bandeja en una mesita que estaba en aquella habitación.

- Discúlpanos shoko, lo siento, no me cuenta - rápidamente el azabache fue a donde estaba la pelicastaña.

- Si Shoko, se nos pasó la hora volando - dijo Gojo rápidamente viendo el reloj de la pared - necesito traer a Megumi.

- ¿Hablas de el chico a quien tuviste que enseñarle 3 años? - Geto tenía aquella curiosidad.

- Sii!!, ese mismo, jajaja aun recuerdo lo que te dije de el, que gracioso - dejo gojo recordando aquel momento.

- Debería dejar de burlarse de esa manera de su discípulo, puede que lo escuche - Suguru rodó los ojos algo decepcionado.

- AY! Vamos, no seas así, te van a salir arrugas como Shoko - shoko entendió lo dicho por Satoru.

- Oye, Ni siquiera tengo arrugas, no me dirijas la palabra de esa manera - shoko persiguia a satoru con la escoba.

- Fue una broma! Suguru ayudameee!!

Mientras tanto el azabache solo se quedó viendo como esos dos se seguían correteando, con una sonrisa en su rostro, desayunó tranquilamente lo que fue preparado por la pelicastaña minutos atrás.

Recordando todo lo bonito que había vivido después de haber sido acogido por Gojo, alguien que le hizo ver que vivir tampoco estaba tan mal después de todo.

Gracias a el... Todo salía mucho mejor de lo esperado.

Satoru había salido para traer a Megumi al templo y esa esa manera conocerlo.

El peliblanco dijo que se llevaría bien con el, por la mayoría de gustos que tenían muy parecidos, realmente lo quiere conocer.

...

Al cabo de unos minutos satoru trajo al joven... Es tan agradable.

Tranquilo, paciencia y sobre todo buena gente, muy bondadoso a Suguru le encantó la idea de criar a Megumi, después de todo tiempo atrás descubrió que su familia había muerto, no quería profundizar en el tema porque sabía que el joven de cabello azabache se sentiría triste y el no quería eso.

Hace unos meses había hablado con Satoru sobre sus sentimientos y el le acepto muy bien, teniendo ahora mismo una relación oficial, sobre todo romántica y hablaron sobre criar a Megumi como a un hijo...

Eso fue lo suficientemente para que mi corazón quedara cautivado por el pequeño niño, no quería que se sintiera solo, se lo que es estar de ese modo, pensando en que no le importas a nadie pero es todo lo contrario. Espero dar todo de mi para ganarme la confianza de Megumi.

Realmente estaba feliz, como terminé siendo una ofrenda para una deidad pero no para mal, si no para bien....

Nada más que eso me llena de felicidad saber que ahora mismo estoy reunido con muchas personas amables y buenas.

- Entonces, quieres ser mi padre? - pregunto Megumi sacando a Suguru de sus pensamientos.

- Claro que si, me gustaría muchísimo - decía Suguru alegre.

- Pero... tan solo me llevas unos cuantos años - El de pelos puntiagudos afirmó  con su cara neutra como siempre.

- Enserió? - El joven practicante de artes marciales se quedó nervioso ante tal afirmación, realmente Megumi tenía razón, solo se llevaban unos cuantos años, era algo ilógico ser un padre para el...

- Oye mocoso, no digas eso - apareció Satoru revolviendo la cabeza de Megumi.

Suguru veía como estos se agarraban a jalones de pelos y el menor le mordió el brazo y ahora quien hacia berrinche era el albino, quien intentaba ahora morder al más menor.

Realmente estaba feliz de poder haber madurado tanto que pensaba con claridad sus objetivos, de querer ser un padre para Megumi y ser un buen ejemplo para la formación de este.

- Si... -

Satoru y Megumi voltearon a ver a suguru dejando todo lo que estaba haciendo, mirando con caras confundidas.

- Realmente... me gustaría tanto ser tu padre Megumi. - dijo esto para posteriormente mostrar una sonrisa radiante.

El albino quedó boquiabierto mientras que los colores se posaban en sus mejillas, una desventaja de ser albino, se podía notar todo.

Megumi solo se abalanzó contra suguru dándole un fuerte abrazo.

- Yo también... quiero que seas mi padre - dijo Megumi feliz.

Era obvio que al perder a su familia sentía esa necesidad de ser amado por un padre o una madre que le demuestre cariño a través de sus enseñanzas, eso es lo que hará Geto.

- Es necesario que incluyamos a Gojo? - pregunto Megumi juzgando a Saroru.

- Oye! No me mires de esa forma... Ven para acá! - El albino rápidamente se paro persiguiendo a Megumi en su intento de fuga.

- No! Viejo con canas! - grito Megumi más lejos de Satoru.

- Ahora si te agarro!!! -

Suguru solo suspiro resignado, pero mostrando una sonrisa porque había encontrado una familia que lo acepte y lo quiera...

Se escuchaba como ahora suguru se había unido a la persecución de Megumi acompañando al par para jugar juntos, mientras shoko los llamaba para que coman un aperitivo.

La cámara de alejaba lentamente de la familia para ver un paisaje hermoso con el atardecer ocultándose dando paso a la noche... terminando con esta historia tan bonita y dulce.

🌇🌆🌃✨❤

FIN

Ofrenda  ||『SATOSUGU』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora