La noche en Shinrin era silenciosa, solo interrumpida por el susurro del viento entre los árboles y el ocasional crujido de alguna rama. Yumi se encontraba en la azotea de su hogar, con la mirada perdida en el cielo estrellado. Los recuerdos del pasado comenzaban a invadir su mente, trayendo consigo una oleada de emociones.
**Yumi:** (*Pensando en voz alta.*) Es curioso cómo los recuerdos pueden ser tan vívidos... como si hubieran sucedido ayer.
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**Flashback:**
Una joven Yumi, de apenas diez años, corría por el patio de su casa, su cabello negro ondeando al viento. Su padre, un hombre alto y de semblante serio pero amable, la observaba con una sonrisa mientras practicaba con una katana de madera.
**Yumi (niña):** ¡Mira, papá! ¡Estoy mejorando! (*Riendo mientras hace un movimiento torpe pero entusiasta con la katana.*)**Padre de Yumi:** (*Riéndose suavemente.*) Sí, Yumi, estás mejorando mucho. Recuerda siempre mantener la postura y concentrarte. La katana no es solo una espada, es una extensión de tu voluntad.
Yumi asintió con seriedad, intentando imitar la postura de su padre. Su determinación era palpable incluso a tan corta edad.
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De vuelta en el presente, una lágrima solitaria rodó por la mejilla de Yumi mientras recordaba aquellos días felices. La siguiente imagen que vino a su mente fue mucho más oscura.
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**Flashback:**
Era una noche tormentosa. Relámpagos iluminaban el cielo mientras la pequeña Yumi corría por el bosque, perseguida por una figura oscura y siniestra. El miedo se reflejaba en sus ojos, pero también una resolución feroz.
**Yumi (niña):** ¡Déjame en paz! ¡No dejaré que me hagas daño!
La figura la alcanzó, y en un instante, todo se volvió negro. Cuando Yumi despertó, sentía un dolor agudo en su ojo derecho. Llevó su mano temblorosa a su rostro, solo para encontrar un vacío donde antes estaba su ojo.
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**Yumi:** (*Murmurando mientras revive el momento.*) Fue esa noche... cuando todo cambió.
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**Flashback:**
Días después, con un parche cubriendo su ojo derecho, Yumi se acercó a su padre, más determinada que nunca.
**Yumi (niña):** (*Con voz temblorosa pero decidida.*) Papá, enséñame a luchar de verdad. No quiero volver a tener miedo.
Su padre la miró con orgullo y tristeza, asintiendo antes de tomar su propia katana.
**Padre de Yumi:** Muy bien, Yumi. Pero recuerda, la verdadera fuerza no está en la espada, sino en tu corazón. Nunca olvides eso.
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Shadow Eye
ActionEn una oscura ciudad atormentada por una maldición ancestral, Yumi Kuroi, una joven valiente y decidida, lucha por sobrevivir después de perder un ojo en un encuentro con espíritus malignos. La historia sigue a Yumi mientras se enfrenta a fuerzas s...