“Reemplaza el miedo a lo desconocido por la curiosidad”
Diferente, así era como se sentía aquel que habitaba ese pueblo y eso siempre generó que fuera excluido por los demás niños. Las personas que vivían en Daggerhom siempre se escondían al caer la noche, él también lo hacia. Cómo no hacerlo si desde que tiene memoria ha escuchado historias terroríficas sobre seres que atacan a los pueblerinos cuando la noche cae. Siempre hacian lo que aquellos que se hacían llamar líderes decían, debían seguir esa regla.
A pesar del miedo que le fue infundado le interesó saber sobre aquellos a los que su pueblo denominaron "monstruos". Cuando cumplió diez años se enteró de que a lo que le temían eran lobos, pero según los ancianos esos no eran cualquier tipo de lobos, según ellos eran hombres lobos, bestias sangrientas que solo cazaban y mataban a su antojo, más grandes que los lobos promedios, con un gran olfato, buena vista y demasiado ágiles.
Él al igual que todo aquel que vive en el pueblo creía fervientemente en la palabras de los mayores. Según algunos aldeanos si veía alguno de ellos debían alejarse lo más rápido posible de ese lugar, para él estupideces. Si llegara a ver alguno estaba seguro que no valdría la pena correr, si eran como los mayores los describían lo alcanzarían en cuestion de segundos. Solo eran indicaciones tontas a su parecer.
A pesar de ello jamás imaginó que a sus diecisiete años de edad se encontraría cara a cara con lo que su pueblo más temía y acabaría haciendo exactamente lo que los ancianos indicaban. Ahora entendía porque sus padres decía que los viejos eran sabios y que debían seguir sus consejos.
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Caminaba por el pueblo camino a su casa, llegaba de recoger leña para su hogar, por el camino saludaba a los que veía, lo hacía más por educación que por querer hacerlo. Según su hermana debía ser respetuoso con todos los pueblerinos, a él le daba igual.
Así era él, en su pueblo todos los conocían por ser amable solo con su familia, las personas decían que se podía ver claramente la diferencia en como trataba a su familia y como trataba a las personas que vivían ahí. No es que fuera mal educado, si saludaba y trataba con los pueblerinos solo era por mera cortesía y para no hacer quedar mal a su familia, si lo hacía estaba seguro que su madre se enojaría y lo castigaría o peor, tal vez en ese instante cumpliría su amenaza de romperle las piernas, de solo pensarlo le daban escalofríos.
Desde que era un niño no le ha gustado estar rodeado de muchas personas, mucho menos de esos que eran hijos de "los líderes", esos eran los que más le molestaban; simplemente por ser niños con un poco de "estatus". Según ellos, debían tenerle respeto, solo eran un montón de niños mimados e hijos de papi.
Con los únicos que si pasaba algo de tiempo, dejando a un lado su familia, eran los mayores del pueblo, les ayudaba de vez en cuando con algunas tareas mientras los oía hablar y contar historias que habían vivido en su juventud, no le importaba y eran falsas o reales siempre lograban llenarlo de curiosidad.
Iba caminando despacio, pensando en que día se encontraban del mes se encontraban y que fase tendría la luna esa noche, no estaba prestando atención a su alrededor y sin querer terminó chocando con alguien. Para su mala suerte chocó con el prometido de su hermana, intentó hacer como que no había pasado nada pero no resulto como quería.
"¿No te enseñan a disculparte cuando tropiezas con una persona?" en su mirada podía verse enojo.
"Lo lamento no te ví, iba distraído" sonrió sínicamente "Si me disculpas debo ir a casa, me están esperando".

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MOON AND TOWN
FanfictionAU lobos "Miedo" esa palabra tiene mucho significado para aquello que desconocemos... ¿Qué pasaría si aquello a lo que le tememos se convierte en lo que más amamos? ¿Estarías dispuesto a dar tu vida por aquello que amas? ¿Dejarías todo con tal de pr...