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A principios de agosto, llega el correo. Comúnmente es papá quien lo recibe, pero lo deja en la encimera de la cocina, para que sea mamá quien se encargue de pagar las facturas. Después de todo, ella es la más organizada de los tres. Comúnmente yo también lo ignoro, pero en esta ocasión, mientras me siento en la barra a comer el desayuno, mamá me extiende aquella carta dirigida a mi nombre, proveniente del colegio.

-¿Puedes encargarte de ello?

Yo asiento, con lo que ella y papá se despiden para partir rumbo al trabajo, y así, como cada mañana, me dedico a comer el desayuno, yo solo. Estoy comiendo de mi plato de cereal, cuando abro el sobre y me dedico a leer el contenido. Igual que la del año pasado y antepasado, contiene el listado de libros y útiles escolares requeridos para el curso, así como el listado de piezas que componen el uniforme, y el calendario del año, detallando fechas de exámenes y feriados.

Tengo una extensión de la tarjeta de crédito de mamá, la cual debo utilizar solo en situaciones de emergencia. Si bien comprar mis libros por internet no constituye una emergencia, el que me haya pedido hacerme cargo de esto no implica decirle "mamá, tienes que comprarme lo que dice el listado" sino ser yo quien se encargue de comprarlo todo. Y eso significa yo debo comprar libros, útiles y quizá hasta uniforme. Así que después de terminar con el desayuno, me siento frente a la laptop y compro el listado de libros y útiles (los cuales llegarán en tres días), y tras revisar el armario, aprovecho para pedir un par de camisas nuevas. El resto del uniforme aún me queda, puesto que desgraciadamente dejé de crecer hace un año, y con mi metro sesenta y nueve, la verdad es que terminé siendo el chico más bajito de la clase.

Pero en el colegio no me molestan por ser un enano (aunque sí me lo han dicho en varias ocasiones), sino que el motivo principal por el cual me hacen bullying, es por ser el promedio más alto del curso. Durante mi primer año, me gané varios golpes por ello. Lo solucioné diciéndole a mamá que había tenido un repentino interés por el futbol, y por ello regresaba a casa siempre ensuciado de tierra y con varios moretones. Sin embargo, considerando no sobreviviría las constantes golpizas, decidí refugiarme en estar siempre acompañado por algún profesor, y así fue como terminé volviéndome la mascota. Es un motivo más para que me hagan bullying, aunque claro está, igualmente es el motivo por el cual no han tenido oportunidad de volverme a golpear.

 Es un motivo más para que me hagan bullying, aunque claro está, igualmente es el motivo por el cual no han tenido oportunidad de volverme a golpear

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Así es como llego aquella mañana de inicio de cursos, al colegio. Me cuelo al estacionamiento de profesores, y tras ubicar a la profesora de Química, la saludo con una sonrisa amable, y me ofrezco a llevarle los libros. Ella no pone reparo (no es la primera vez que le ofrezco mi ayuda y compañía, y de hecho se puede decir que ella lo esperaba), y así caminamos rumbo al salón de clases. Esta mañana la he escogido expresamente a ella puesto que será mi primera clase del día, y por lo tanto su compañía (y protección) me acompañan hasta la puerta del salón, donde finalmente le dejo los libros en el escritorio, y me siento en primera fila.

Cuatro horas más tarde suena la campana que indica el inicio del receso, con lo que esta vez me toca ayudar al profesor de historia a llevar sus libros, y tras despedirnos en la puerta de la sala de maestros, me toca comer el almuerzo en uno de los escalones que llevan al edificio de administrativos.

Suelo comer solo. A la gran mayoría de los chicos de la clase les caigo mal por ser el matadito y la mascota del profesor, y si bien las chicas parecen no tener problema alguno en ser mis amigas, también han intentado hacerme bullying por ello. En un par de ocasiones, cuando en primer grado me senté con un grupo de chicas a comer el almuerzo, los bullys de la clase se encargaron de tirarnos el almuerzo a todos. Así que decidí que lo mejor sería no meterlas a ellas en problemas que no les corresponden, y así, sentado frente a las ventanas del edificio de administrativo (donde la presencia del personal del colegio me protegería en caso de que algún bully intentase buscar pelea), me dedico a comer solo, como hago desde hace dos años.

Tres horas más tarde vuelve a sonar la campana, con lo que finalizamos el día, aunque ello no significa sea hora de marchar a casa. Si bien las clases han terminado, en vez de guardar mis libros y apuntes, de mi mochila saco más libros y libretas, y me dedico a enterrar la cabeza en las hojas y estudiar. Las dos horas que dura el grupo de estudio son en realidad una bendición. Los bullys (quienes son estudiantes de los grupos C y D) nunca se quedan, por lo que cuando dan las seis y finalmente salgo del colegio, puedo respirar tranquilo al saber que no se encuentran escondidos en alguna cuadra cercana, para darme una paliza, simplemente por sacar A+ en todas las materias.

Puedo caminar por el vecindario sintiéndome un poquito más seguro, en dirección a mis clases extracurriculares (como parte de mi preparación para la admisión a la universidad), y así, finalmente llego a casa a eso de las nueve, con lo que ceno en mi habitación, al tiempo que hago la tarea, y finalmente me voy a la cama, listo a repetir la rutina, el día siguiente.

Puedo caminar por el vecindario sintiéndome un poquito más seguro, en dirección a mis clases extracurriculares (como parte de mi preparación para la admisión a la universidad), y así, finalmente llego a casa a eso de las nueve, con lo que ceno en ...

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Este capítulo es un poco de relleno, lo que hace que me sienta bien mal porque voy a estar fuera las siguientes 2 semanas por motivo de trabajo, así que no podré hacer up. Una disculpa adelantada.

Aún así, espero les esté agradando el formato de doble POV. Nos leemos en junio!

XOXO, Ribo~

[Él cayó primero] Yo Caí Más FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora