IX. MIL RESPUESTAS

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En los siguientes días, pareciera que la tierra se desapareció a sareth, no había mensajes, no estaba en el gym, y no se apareció por la orina para nada, si trataba de localizarlo las llamadas iban directo al buzón, hasta que el fin de semana la llegar a casa lo veo frente a la puerta, levanta su rostro al oir mis pasos y sonríe.
¿Que haces aquí?, le digo en tono molesta.
Hola, lamento desaparecer de esa manera.
¿De nuevo volvió el sareth amable?
Se que estás molesta, y lo siento.
¿Y como supones que este después de tus cambios drásticos?
Ni con mil respuestas podrías entenderme.
abro la puerta y entro, lo veo ahí, por alguna razón no puedo enojarme todo el tiempo con el, hay algo que hace quiera estar cerca.
No te quedes ahí, anda pasa.

Llegó a sentarme al sofá, y el se sienta a un lado de mi y se acurruca como niño pequeño, me es inevitable no jugar con su cabello.
Contigo todo se calma.
¿Que dices sareth?
Que me preguntaste que era lo que hacía aquí, esa es mi respuesta contigo todo se calma.
¿ Porque dices esas cosas?
No lo se, no me había pasado algo así antes.
Se queda dormido un par de horas, lo dejo acomodado en el sofá, mientras avanzo con mis tareas. Al atardecer despierta.
¿Que tal dormiste?
Descanse muy bien, aunque ya se está haciendo tarde.
Si un poco. Perdón que insista pero quiero saber..
Me interumpe con un pequeño beso en los labios y sus manos sobre mis mejillas

Shhh… peque. No quiero hablar aún no es tiempo ¿vale?, me dice susurrando.
bien veamos que hay para preparar la cena.

MIRADA MIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora