Lealtad y Fidelidad - Sasusaku

Capítulo 7

Sakura apoyó la barbilla en la mano, con el codo apoyado en la mesa, y su mirada pasó del árbol al arbusto y a las macetas de terracota con flores y hierbas esparcidas por el jardín. No era mucho, todavía no, pero tenía planes. No podría practicar la medicina y curar como antes, pero si hablaba con Sasuke de ello, tal vez podrían establecer algún tipo de horario. Parecía dispuesto a que funcionara entre ellos.

"Parece que no estás haciendo nada bueno".

Miró a su marido, con una sonrisa en la cara y los ojos brillantes.

"Estaba pensando en las plantas".

"Hn."

Le vio dejar una bandeja sobre la mesa, llena de un surtido de wagashi, una tetera y dos juegos de tazas y platos de cerámica. Parecía que tenía intención de pasar el rato y entretenerse en lugar de dejarla a su aire.

"¿Genmaicha?"

"El yerno de Ayame-san regenta una wagashiya, así que pensó en traer un poco aquí", explicó él, empujando la bandeja hacia ella. Cogió la tetera y sirvió un poco antes de dejar la taza cerca de ella. La fragancia del té era agradable, como a nueces, y un suave calor los envolvió mientras el pálido líquido se asentaba en la taza.

Sakura asintió y cogió uno de los caramelos con forma de hoja de ginkgo. Soltó un suspiro complacida, hundiéndose en su asiento mientras saboreaba el anko.

"¿Ya has probado alguno?"

"No me gustan mucho los dulces".

Sakura frunció el ceño mientras se inclinaba hacia delante, mirándolo pensativa.

"¿Qué?"

Sin decir palabra, arrancó uno de los nerikiri florales y se lo tendió para que lo cogiera.

"Pruébalo. No es demasiado dulce y tiene un cierto sabor que podría gustarte".

Lo miró moverse, esperando que Sasuke cogiera el dulce de su mano con la suya, sintiendo las callosas yemas de sus dedos rozando los de ella. Lo que ella no pensó que él haría, sin embargo, fue sumergir su cabeza hacia abajo y morderlo hasta la mitad, su cuerpo temblando ligeramente ante la sensación de sus dientes rozando su piel.

"Hn."

Sasuke siguió masticando pensativo, imperturbable.

Lo único en lo que Sakura podía pensar era en lo profunda y penetrante que había sido su mirada cuando él volvió a enderezarse para sentarse, algo peligrosa e innegablemente excitante acechando justo bajo la superficie.

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"¿Vamos al mercado?".

Sasuke levantó la vista, ceñudo, con la pluma en la mano inmóvil sobre el documento que estaba anotando.

"¿Para qué?"

"Este es un pueblo mixto de agricultura y pesca. Aquí hay muchos alimentos frescos y siempre he querido probar suerte con ellos." La sonrisa de Sakura era pequeña y sus mejillas rosadas mientras sostenía la mirada de su marido.

"¿Sabes cocinar?" No había burla en su voz.

"Tienes suerte de que no tenga una almohada o algo para tirarte aquí", resopló, con los ojos entrecerrados pero brillantes al mismo tiempo.

Él sacudió la cabeza con ligereza, pero Sakura juró que podía percibir la de diversión y broma en sus acciones.

"Creo que ya hemos terminado por hoy". Miró hacia la pila de papeles, ahora casi vacía, con todo lo que habían trabajado ya ordenado en sus lugares correspondientes.