"Siento que si me suicidara, todos estos problemas desaparecerían para mí".
"Bueno... sí".
"¡Dios, Lena! Se supone que debes decir "no, no te mates. Eres demasiado sexy".
[En el que la hermana de Matt Donovan parece saberlo todo]
[Hay muchas parejas...
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Klaus abrió la puerta trasera del coche y miró la forma dormida de Clementine. Tenía una de las camisas de franela de Klaus envuelta debajo de ella como una almohada, la vista lo hizo sonreír. Pero recordando que Stefan estaba justo detrás de él, escondió la sonrisa.
"Es hora de despertar, pequeña vidente", dijo, sacudiendo su hombro.
Clem gimió, pero de todos modos abrió los ojos, entrecerrándolos un poco por la luz del sol. "¿Estamos en Chicago?"
"Sí", le dijo mientras se bajaba del coche. "¿Has estado alguna vez?"
"A los pacientes de la sala psiquiátrica no se les permite viajar por el mundo", murmuró, agarrando la franela y poniéndosela.
"Chicago era mágico para los dos".
"Sí, bueno, tomaré tu palabra. Como dije, no recuerdo la mayor parte", dijo Stefan, claramente incómodo mientras pensaba en sus días de Destripador.
"¿Vas a ponerte a la obra, entonces?" Klaus le preguntó.
"¿Por qué sigo contigo?" Stefan cuestionó. "Nos divertimos, tus híbridos fracasaron. Ya sabes cómo arreglarlo".
"Vamos a ver a mi bruja favorita. Quiero saber por qué es solo la sangre de Elena la que funciona", dijo. También tenía planes de matar a Gloria eventualmente, confiando en la advertencia de Clementine sobre la bruja.
Clem dejó ir un gran bostezo y siguió a los dos vampiros. "¿Podemos parar por un Dunkin' Donuts o algo así? Necesito café".
☽ ︎
Con un gran café negro en la mano, Clementine siguió a Klaus y Stefan hasta el bar vacío, en alerta máxima. Con un solo toque, Sheila Bennett sabía de dónde era originaria Clem, por lo que no podía dejar que Gloria la tocara.
"Te resulta familiar, ¿verdad?" Klaus le preguntó a Stefan, que estaba mirando a su alrededor con asombro.
"No puedo creer que este lugar todavía esté aquí".
Entonces Gloria salió de la habitación de atrás, mirando a Klaus con incredulidad. "Tienes que estar bromeando".
Klaus solo sonrió con encanto. "Así que un híbrido entra en un bar, le dice al camarero..."
"Para", lo cortó. "Puede que seas invencible, pero eso no te hace gracioso".
"Ella tiene razón", dijo Clem de hecho antes de tomar su café.
Gloria evaluó a Clementine por un momento antes de determinar que no era una amenaza, pasando a Stefan, que estaba familiarizándose. "Te recuerdo".
