"Siento que si me suicidara, todos estos problemas desaparecerían para mí".
"Bueno... sí".
"¡Dios, Lena! Se supone que debes decir "no, no te mates. Eres demasiado sexy".
[En el que la hermana de Matt Donovan parece saberlo todo]
[Hay muchas parejas...
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"¡Boo! ¡Qué vergüenza! ¡Puta!"
Clementine solo podía reírse a medias de Caroline, secretamente muy contenta de que estuviera en control de la natalidad para regular su período. Ella solo esperaba que fuera efectivo, porque de ninguna manera iba a tener un bebé a los dieciocho años con un híbrido.
Para su vergüenza, Elijah se había tomado bastante en serio su solicitud de una fiesta posterior, por lo que cuando Enzo, Clem y Klaus finalmente salieron de la sala de arte con la ropa puesta, casi todos estaban reunidos en la sala de estar.
Todos menos Damon y Matt estaban allí, incluso Stefan, que estaba incómodo sentado al lado de Kol, que se estiraba el cuello después de que se rompiera.
Era seguro decir que había muchos ojos celosos en Clem, asumiendo su estado de mierda, así como la marca de mordida fresca en su cuello. Algo primordial dentro de los vampiros que tenían sentimientos por ella se estaban volviendo loco, deseando que fueran sus propios colmillos los que hubieran sido enterrados en su cuello.
Kol juró que sería el siguiente en probar su sangre en circunstancias tan estimulantes sin matarla, no se había dejado disfrutar adecuadamente del sabor cuando la mató.
"¡Tú, zorra, Clementine Donovan!" Caroline se rió mientras Clem venía a sentarse junto a ella y Elena junto a la chimenea. "¡Cuéntanos todo!"
"Bueno..."
"Necesito una bebida", murmuró Kol, yendo a tomar una botella de bourbon del estante.
"Estoy de acuerdo con eso", dijo Rebekah, sin querer pensar en que su hermano tuviera un trío con su amiga.
"¿Qué tal si todos tenemos una ronda?" Finn preguntó, claramente molesto.
Poco sabían, cuando Kol comenzó a servir bebidas, que el bourbon estaba atado con la esencia de la sangre de Elena, uniendo sin saberlo a todos los Mikaelsons una vez que tomaron sus primeros sorbos.
"Oh, no hagas pucheros, Elijah", dijo Klaus con una sonrisa engreída en la cara.
"Bueno, te has acostado con mi cita, Niklaus. ¿Cómo se supone que debo sentirme?" Preguntó, levantando una ceja.
"Intenta ser una cita menos aburrida", Enzo se encogió de hombros, haciendo que Kol se riera.
"Así que", dijo Elena, mordiéndose el labio mientras miraba a una Clem sonrojada. "¿Cómo fue?"
Clem le sonrió suavemente, sin querer hacerla sentir incómoda. "Fue agradable", admitió. Luego se inclinó y besó la mejilla de Elena. "Gracias por preguntar".
"Bueno, basta de esta maldad", murmuró Rebekah antes de beber todo su vaso de alcohol de una sola vez. "Hablemos del cobarde elefante del tamaño de madre en la habitación".
