Dulce Venganza

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La noche empezaba a caer sobre Seúl, pero la tarde de compras con Hoseok no tenía pinta de terminar, a pesar de que iniciaron después de comer. Su peli rojo amigo aseguró que necesitaba urgentemente irse de compras para adquirir complementos necesarios para sus vacaciones, a las cuales se irían dentro de dos días, y aunque Jimin reconocía la necesidad de las mismas, le hubiera gustado negarse a la idea de Hoseok. No es que no le gustara ir de compras ¿A qué persona no le encantaba recorrer tiendas y comprarse cosas muchas veces innecesarias? Simplemente no le gustaba ir con Hoseok. Punto. Principalmente porque el peli rojo muchas veces la hacía entrar a todas las tiendas, sin importar la cantidad de bolsas que cargaran o que ya tuviera hambre

-Esto es el colmo Hoseok. Se suponía que esta visita al centro comercial era para comprar cosas para la playa ¡y la tienda de trajes de baños es la última a la que entramos! Estoy tan cansado que ya no siento ganas de ponerme a escoger uno. Tengo una buena cantidad en casa, que me los puedo llevar sin problemas

-Sí y apuesto a que son completamente sosos y simples. De seguro apenas tienes un bóxer roto y en cambio muchos trajes de baño. Mira chico, para un fin de semana de sexo, playa y desenfreno necesitas un vestuario adecuado. ¿No prefieres que Wooseok te vea con un diminuto boxer que lo deje babeando?

Jimin no dijo nada porque en parte su amigo tenía razón. En la parte de que deseaba dejar a su peli negro amante babeando, porque en la parte en que juzgaba su guardarropa estaba muy equivocado. Tenía solo un traje de baño completo, lo demás eran bóxer simples…aunque tenía que reconocer que ninguno de ellos era tan diminuto como el que colgaba de entre sus dedos. Una parte de él juraba que nunca se pondría una cosa similar en una playa donde todo mundo podría verlo, pero la otra parte de él, aquella parte salvaje que parecía haber crecido desde que la pasión deNWooseok entró en su vida, no dejaba de alentarlo, de tentarlo. A final de cuentas podía ponérselo única y exclusivamente para el disfrute de Wooseok.

Antes de tener tiempo suficiente como para arrepentirse se apresuró al probador para ponerse el dichoso bóxer de encaje. El espejo le confirmo que era demasiado pequeño y revelador, pero no le importó tanto como para desanimarlo de comprarlo. Era de color blanco que apretaba sus muslos.

Hoseok no se guardó su felicitación por comprarlo, pero tampoco su regaño por comprar solamente ese. Una vez que pagó la cuenta decidieron continuar con recorriendo otras tiendas, empezando por una tienda de lencería, a la cual lo jaló hasta casi arrancarle el brazo.

-¿También tengo que comprar lencería, Hoseok?

-Claro que sí. ¿No me escuchaste hace rato? Tu fin de semana de sexo, playa y desenfreno necesita un vestuario adecuado. La lencería es el complemento adecuado para lo que te propones.

Regularmente Jimin prefería la comodidad a la sensualidad en cuanto a la ropa interior, y nunca le había llamado la atención usar otro tipo de ropa interior pero definitivamente desde que se acostaba con Wooseok había conocido los beneficios de una sexy lencería de satén, seda y encaje.

Escogió un par de conjuntos porque no lograba decidirse solo por uno. De hecho quizá sería mejor agregar otro a su compra. Hoseok sonrió con suficiencia mientras lo veía ir de una ménsula a otra, analizando diferentes modelos

-Por lo visto seguirás mi consejo y comprarás un guardarropa adecuado

-Es una buena idea. A Wooseok le…gusta que me ponga ropa así y a mi me hace sentir sexy.