Savage Love || Care Bears

Capítulo 1

La mañana llegó más rápido de lo esperado, ambos despertaron y bajaron antes que Funshine se fuera. Por cortesía del azabache, éste lo invitó a desayunar y gustoso aceptó. De alguna manera, con él no se sentía tan solo.

Le gustaba y daba mucho miedo.

Se despidió con un corto beso y encaminó hacia afuera, dejando a Grumpy solo, como la noche anterior lo encontró.

El ambiente de pronto se volvió frío, dejó de limpiar el desorden y se sentó un breve momento.

¿Qué acababa de hacer? Apenas procesaba lo sucedido de anoche.

Su ruptura y nueva amistad con beneficios. Todo fue en una misma noche.

Tuvo un mareo repentino, se sostuvo del sillón al creer que en cualquier momento podría caer a un vacío inexistente, pero que empezaba a formarse en él.

No. Él seguía amando a Lucky. Pese a su traición, no quería estar con nadie más que con él. ¿Cómo se dejó llevar tan rápido por un momento carnal?

Sentía como su corazón salía de su pecho y estaba muy débil, demasiado. No procesaba nada o lo que sentía, pero empezó a llorar. Creía que ahora era igual a él, que por un momento de lujuria dejaría cualquier cosa de lado.

Aún tenía su celular apagado y por un momento quiso prenderlo. Tal vez algo de compañía le vendría bien. No sabía. No tenía idea de qué quería. Lo hizo y todos los mensajes que nunca recibió llegaban rápidamente a él; odiaba ser el hazme reír y chisme del pueblo, pero se dirigió a un contacto en específico, que llevaba desde anoche queriendo contactarlo.

Pulsó en llamar y no tardó en recibir respuesta.

—Grumpy, ¿estás bien? Bueno, sé que no, pero quiero hablar contigo, te llamé durante toda la noche para saber como estás o si necesitas compañía —la voz detrás del celular no tardó en hablar, agradecía que aquel chico siempre estuviera incondicionalmente para él pese no ser tan cercanos, aún así, fue la primera persona en la que pensó.

—No, la verdad no... ¿Podrías venir a mi casa? No me quiero sentir solo, tengo muchos sentimiento guardados —finalmente dijo lo que creía era correcto, lo que debió hacer en lugar de recurrir a Funshine.

—Llego tan rápido como pueda.

—Y bueno, eso fue lo que pasó... —Grumpy le contó un pequeño resumen al de pecas después de calmar sus lágrimas; porque a sus ojos y al de los demás solo fue engañado y perdió el control, golpeando a su ex pareja sin parar, pero prefirió omitir lo que pasó en la noche.

—No quiero imaginar cómo te sientes —se sinceró—, pero no debe ser nada fácil.

—No lo es. Le entregué años de mi vida, siempre cuidé de él porque nunca fue maduro y no tenía demasiado problema con eso; pero es muy diferente a lo que hizo, sobre todo con ella —su corazón comenzó a latir rápido y sintió sus manos sudar nuevamente—. Siento que desperdicié mucho tiempo, y además fui humillado en público. Sé que no vale la pena estar triste por alguien que no me respetó, pero no me deja de doler.

—Y no dejará de doler hasta que lo sanes —no sabía qué aconsejar en este tipo de cosas, pero le era fácil empatizar con el azabache, y si pudiera lo ayudaría. Porque es lo de menos si vale la pena o no, si no lo que te hizo sentir; fue mucho tiempo el que estuviste con él, no pudiste verlo venir.

—Tenía mis sospechas, la verdad —era la primera vez que lo contaba, tal vez si lo externaba y sacaba el sentimiento que tenía dentro lo ayudaría a sanar—. Siempre fuimos un tanto inestables pero no significaba que no nos quisiéramos, pero en los últimos meses actuaba raro, empezaba a ser distante y muchas veces discutimos sobre eso, pensábamos en tomarnos un tiempo o a veces terminar, nunca llegamos a nada pero su comportamiento no mejoraba. Eso fue el detonante, con eso me dejó en claro que ya no quería seguir conmigo. Pudo hacerlo de muchas maneras, ¿pero engañandome con quién creí que era mi mejor amiga? No lo proceso del todo.

—Te propongo algo —captó su atención después de escuchar el desahogo de su amigo—. Como te conozco sé que querrás estar encerrado aquí hasta que se te pase, y como el buen amigo que soy, no te lo permitiré. ¿Quieres hacer algo en específico? Lo que tú quieras, o me dejas elegir, prometo que te hará sentir mejor.

—No tengo opción, ¿verdad? —rió ante la propuesta de su amigo—. No tengo ánimos de nada para serte honesto, así que dejo todo en tus manos.

—¡Perfecto! Prepara una maleta, mañana pasaré temprano por ti.