Un Girasol en Busca del Sol

La Promesa del Atardecer

¡Hola internet! Yo tampoco esperaba volver actualizar tan pronto. Sé que esto técnicamente es Kamuegi, pero yo lo veo como Naegi platicando con Hinata en su fase emo. ¡Disfruten!

Advertencias de la historia:
>Referencias y spoilers a Danganronpa Trigger Happy Havoc y Danganronpa 2: Goodbye despair.
>No me gusta el japañol pero se usan los honoríficos de los nombres.
>Probablemente OOC (Out Of Character/Fuera del personaje), aunque intente mantener la caracterización lo más cercana.

Notas de la historia:
>Futuro Desesperado, significa que la historia se ubica despues de los eventos de Danganronpa: Trigger Happy Havoc, pero antes de Danganronpa 2: Goodbye Despair.

Resumen de la historia:
Naegi, exhausto de los métodos despiadados de la Fundación del Futuro, anhelaba desesperadamente un cambio que pusiera fin al interminable ciclo de muerte y venganza que había consumido a todos.

Fue entonces cuando un extraño hombre se cruzó en su camino. Su presencia era tan inquietante como el futuro mismo, una chispa de esperanza en un mundo sumido en la oscuridad.

Futuro Desesperado
La Promesa del Atardecer
🌻🔆🌻🔆🌻🔆🌻

—Sobreviví—le dijo Makoto a su reflejo, forzando una sonrisa en sus labios para que su voz sonara más convincente al afirmar—. Sobrevivimos.

El oscuro traje que vestía le recordaba dolorosamente al último que había usado en el funeral de sus amigos caídos, aquellos que no tuvieron la misma suerte que ellos.

Aunque este traje no era muy distinto, el emblema en su pecho lo destacaba sobre cualquier otro. Un símbolo diseñado para recordar a todos de qué lado estaba. El lado que la Esperanza Definitiva había elegido.

El futuro.

La fundación que, al borde del abismo, les había ofrecido salvación.

Les devolvieron fragmentos de sus recuerdos perdidos y les enseñaron a sobrevivir en un mundo sumido en la desesperación, mostrándoles cómo apuntar y disparar contra el enemigo.

Ya no había tiempo para investigaciones ni juicios. El veredicto había sido unánime y definitivo por la humanidad. El culpable ya estaba decidido, y solo quedaba ejecutar a los asesinos, a los desesperados, a todos aquellos que se habían alineado con la insana visión de Enoshima Junko.

Makoto quería ayudar con eso, de verdad lo quería, pero...

Los gritos desgarradores de Kuwata mientras cada uno de sus huesos se rompía resonaban en su mente, como si el dolor atravesara el tiempo y el espacio para atormentarlo una y otra vez.

El rugido ensordecedor de la motocicleta de Owada en cada giro, un eco de desesperación y furia que nunca se apagaba.

El estruendo del camión de bomberos aplastando la hoguera donde había perecido Celes, un eco infernal que parecía surgir de las profundidades del infierno mismo.

El crujido del metal siendo triturado donde había existido una inteligencia artificial tan avanzada que había podido mostrar emociones humanas, pero al final todo lo que había quedado de ella fue una bola reluciente con la marca de su torturador.

Y, por supuesto, el temblor bajo sus pies mientras la cinta metálica lo arrastraba hacia una muerte segura, el inicio del fin de todo.

Aquellos fragmentos de memoria eran siempre los peores, apareciendo sin aviso, sumergiéndolo en un abismo de terror, implacables y despiadados. Espectros de un pasado sangriento, persiguiéndolo con garras afiladas y sombras interminables.